Quien con el tiempo sería el primer patriarca de Venecia, nació en esa ciudad en 1381, de la noble familia de los Justinianos o Giustiniani. Con poco más de veinte años ya fundó, junto a otros dos jóvenes amigos, la congregación regular de canónigos de San Jorge, en la isla de Alga, de la que llegaría a ser General. Después fue nombrado Obispo de Castello, pequeña isla fortificada, para llegar a ser, por fin, Patriarca de Venecia. Sus escritos, salidos de un espíritu humilde y de un ser dedicado a la meditación, promovieron actitudes que estaban muy lejos de las pompas mundanas y mucho más cercanas a la labor de las órdenes mendicantes que defendían la victoria sobre uno mismo a través de la petición de limosna y del sacrificio. Murió en 1455 y fue declarado santo en 1690 por el Papa Alejandro VIII, aunque no se haría oficial su canonización hasta 1727, en tiempos de Benedicto XIII.