La corta vida de Luis Gonzaga, Marqués de Castiglione, es sin embargo larga en acontecimientos y en ejemplos. Al ser primogénito de una familia noble, su padre supuso que seguiría la carrera de las armas pero pronto vio que la existencia de su hijo iba a recorrer otros caminos. Estudió en Florencia y en Mantua, donde decidió que la vida cortesana no sería su ambiente. Sin embargo tuvo que acompañar a su padre en 1581 siguiendo a María de Habsburgo cuando, unos años después de morir su esposo Maximiliano II, la ex-emperatriz decidió retirarse del mundo y entrar en las Descalzas Reales de Madrid. Con ocasión de la estancia en España, Gonzaga sirvió como paje al príncipe de Asturias Don Diego Félix de Austria hasta que falleció. El Libro de la oracion y meditacion: en el qual se tracta de la consideracion de los principales mysterios de nuestra fe de Fray Luis de Granada le sirvió de referencia espiritual y elevó sus pensamientos hasta el extremo de -según alguna leyenda- haber escuchado a la Virgen que le llamaba a profesar en la Compañía de Jesús. Regresó a Castiglione y pidió permiso a su padre para entrar en religión y, para su sorpresa, lo obtuvo. Después de haber pasado por diferentes destinos llegó a Roma donde, en aquellos momentos, llegaban pobres y enfermos de todas las ciudades circundantes en que se había declarado la peste. Luis Gonzaga, al igual que todos los jesuitas del Colegio Romano, se distinguió en la atención a los moribundos hasta que él mismo fue presa de la enfermedad y murió con tan solo 23 años.