Juan González del Castrillo nació en Sahagún en 1430. Parece que en su juventud sirvió al Obispo de Burgos Alonso de Cartagena con cuya ayuda contó para recibir las órdenes sacerdotales y marchar a Salamanca a estudiar. Durante el tiempo que permaneció allí, en el Colegio de San Bartolomé, sufrió una grave enfermedad que le llevó a hacer un voto: si se curaba, tomaría el hábito agustino. Una vez restablecido, entró en el convento de San Agustín y al cabo de unos años de seminario se dedicó a la predicación. Al morir fue enterrado en la Catedral Nueva de Salamanca. En 1602 fue nombrado patrono de la ciudad y en 1690 fue canonizado por Alejandro VIII.

CREENCIAS

Algunas imágenes de su iconografía corresponden a una leyenda sobre uno de los muchos hechos maravillosos que se le atribuyen: un niño cayó en cierta ocasión a un pozo y fue sacado milagrosamente por el santo al arrojar éste el cíngulo de su hábito y agarrarse el niño a él mientras subían las aguas hasta el brocal. Otro hecho legendario tiene que ver con el milagro que se cuenta también de otros santos, como San Pedro Regalado de Valladolid, cuando detienen a un toro que va a causar daño a las gentes de la población. Se dice en este caso que San Juan de Sahagún interpeló al astado y le gritó: "Tente, necio", frase que, desde entonces y según la leyenda, dio nombre a la calle en que se produjo el hecho.