Quiteria nació en Bayona (Galicia) de un parto múltiple de su madre en el que vinieron al mundo nueve hijas. La tradición recoge sus nombres: Quiteria, Librada, Marina, Victoria, Germana, Eufemia, Marciana, Genibera y Basilia. Algunos relatos sobre su vida hablan del temor de la madre a que su padre, Lucio Severo, sospechara que había sido infiel, y narran la entrega de sus hijas a una criada, a la que encarga que las mate ahogándolas en el río. La criada las abandona en una aldea con el encargo de que diferentes mujeres las críen y todas se educan en el cristianismo. La persecución de su padre a todos los cristianos termina con una denuncia sobre sus propias hijas, a las que llevan ante Severo, quien se asombra del parecido de las jóvenes con su mujer. Habiendo confesado ésta, Lucio Severo se debate entre el deber y el amor filial. Finalmente las perdona pero Quiteria huye y se refugia en un bosque donde aprende el lenguaje de las fieras y vive como una anacoreta en permanente oración. Un día regresa a casa de su padre y éste la ordena que se case con un noble, de nombre Germano, a quien la ha prometido. Quiteria huye y sufre una persecución obsesiva del noble quien finalmente la alcanza y, tras la negativa de la joven de entregarse a él, la mata.
CREENCIAS
Los saludadores se hacían llamar "familiares de Santa Quiteria". Se considera a la santa como protectora contra la rabia. Algunos relatos sobre su vida que la relacionan con la hidrofobia hablan de que, cuando es alcanzada por Germano, su perseguidor, se refugia en el tronco de un árbol rogando a un pastor que está allí cerca que no revele su escondite. Germano llega e interroga al pastor y éste, confesando de palabra ignorar el paradero de la santa, está señalando sin embargo al tronco donde está escondida. El castigo que recibe consiste en que sus perros rabien y ataquen a su propio amo.
EXPRESIONES
Gozos: Por tu constancia gloriosa |