Se celebra en este día la gloria de Catalina Benincasa, hija de un tintorero toscano, que sería conocida como Catalina de Siena, doctora de la Iglesia y protectora de Europa. Padeció sucesivamente la viruela y la peste de la que quedó contagiada en Pisa. Recibió además los estigmas, por lo que se la suele representar aceptando las llagas y con una corona de espinas.
CREENCIAS
El día último de abril, aunque también a principio de verano (y especialmente el 24 de junio, festividad de San Juan), es costumbre en muchos países europeos cortar un árbol e hincar luego su tronco -adornado de diversas maneras- en la tierra. Este es el acto que en Castilla y León se conoce como "plantar el mayo", tras ser pinado por los mozos del pueblo. Este árbol, que era pedido por los jóvenes al Ayuntamiento, se elegía después entre los mejores ejemplares del pinar. Frecuentemente, luego de ser descortezado se procedía a colocar el "empalme", vara de chopo o álamo que realzaba la altura del "mayo", y se adornaba con naranjas, flores, etc. En algunos lugares había la costumbre de "gatear el mayo", es decir, subir los mozos -ayudándose con las rodillas y las manos solamente- hasta donde fuera posible, realizándose apuestas en torno a qué mozo llegaría más arriba.
A fines de mes de mayo se quitaba el árbol y con el resultado de la venta o subasta del mismo, la mocedad preparaba una gran merienda.
En ciertas partes de Europa (Bohemia, Francia, Inglaterra) se elegía un rey o reina de mayo que, cubiertos de hojas y ramas, desempeñaban el papel de una divinidad fertilizante. También podían ser un "novio" o "novia" de mayo quienes encarnaran el espíritu de la vegetación; con tal tradición aparece emparentada la costumbre de la "maya" en España. Frecuentemente, ese personaje simbólico, representante de algún pagano numen, era conducido por la chiquillería de la aldea, sirviendo de reclamo para la obtención de viandas, tras la interpretación hecha por los jóvenes de algunos cantos.
En Galicia, el mayo adoptaba también representaciones humanas, siendo encarnado, igualmente, por muchachos cubiertos de follaje. Caro Baroja relaciona este mayo gallego con el "Jack in the green" inglés, y, tras recordar la influencia céltica en Galicia, escribe:
El carácter de fiesta de la vegetación típica que tiene la del último día de abril y primero de mayo se evidencia en Galicia por un grupo de prácticas... dentro de las cuales están la de recorrer los montes de noche con antorchas, pronunciando fórmulas de preservación y seguridad, fórmulas para obtener la bondad de las cosechas. En diversas zonas de España existe la costumbre de "adornar" un abril, o una maya o mayo, disfrazando palos de buen tamaño con ropajes variopintos o haciendo verdaderos muñecos o peleles. En Castilla y León aún se recuerdan otras costumbres como la de celebrar los matrimonios simbólicos entre los mayos y las mayas. Dejando a un lado su origen -incierto por lo remoto-, estos ritos de mayos y mayas son un gesto mágico encaminado a intensificar la fertilidad de la naturaleza y una salutación al periodo en que ésta se muestra más esplendorosa. Como ha escrito Frazer, se persigue "acelerar el crecimiento de los árboles y plantas, representando las bodas de las deidades silvestres con personas como rey y reina de mayo, novio y novia de Pentecostés, etc. Estas representaciones fueron de consiguiente no meros simbolismos o dramas alegóricos y bucólicos destinados a divertir o instruir a una audiencia rústica; fueron conjuros destinados al objeto de que brotase el verdor en los bosques, la hierba renaciese, los cereales germinasen y salieran, y las flores aparecieran. Y era natural suponer que, cuanto más se acercara a la boda el fingido casamiento de los enmascarados de hojas y flores, es decir, el casamiento realmente efectuado de los espíritus del boscaje, tendría más eficacia el conjuro. En consecuencia podemos presumir, con grandes probabilidades de acierto, que el libertinaje que notoriamente se daba en estas ceremonias, fue en algún tiempo no un exceso accidental, sino una parte esencial de los ritos y que, en opinión de los que lo hacían entonces, no sería fértil el casamiento de los árboles y las plantas, sin la unión verdadera de los sexos humanos. |
EXPRESIONES
Las canciones que se interpretaban en esta época, llamadas mayos, forman parte de nuestra tradición (como el rito ya descrito) desde época difícil de precisar. En nuestra literatura popular y culta abundan las referencias al mayo y a las costumbres tradicionales que en este mes tenían lugar. Las hallamos en las Cantigas de Alfonso X, en el Libro de Alexandre, en el Romancero (con composiciones tan singulares como la del Prisionero o la de Fontefrida), en los Cancioneros palatinos y cortesanos, y en el teatro y demás creaciones poéticas del siglo de Oro. Los mayos eran cantados el último día de abril, y, en ocasiones se dedicaban a la Virgen, pero la mayor parte de ellos se hallaban revestidos de un carácter profano, con un contenido semejante a las rondas de enamorados. Así, ejemplos como el siguiente, que constituye una especie de pintura ideal conocida como "El retrato":
Ya estamos a treinta | Esos tus oídos | Tu vientre, señora, |
FIESTAS
Es fiesta local en:
Muro de Ágreda (Soria)