San Leandro nació en Cartagena hacia el año 540. Su padre era un noble visigodo que tuvo que emigrar a Sevilla ante la invasión de los bizantinos que pusieron su sede en Cartago. El exilio le llevó, junto a sus hermanos -uno de ellos el que sería después San Isidoro-, a la ciudad de Sevilla donde el joven Leandro tuvo que ocuparse de la educación de sus hermanos menores por la muerte de sus progenitores. Predicó la religión católica entre los visigodos y convirtió al príncipe Hermenegildo, que era su sobrino al haberse casado su hermana Teodosia con Leovigildo. En un viaje a Constantinopla conoció a San Gregorio Magno al que le unió una buena amistad y su deseo de extender la religión. Poco después supo de la muerte del príncipe Hermenegildo a manos de su propio padre Leovigildo (episodio histórico reflejado en multitud de grabados e ilustraciones como la que se ofrece, titulada "Apoteosis de San Hermenegildo"). Una vez muerto éste y siendo ya arzobispo de Sevilla convocó el Concilio de Toledo en el que Recaredo, hijo de Leovigildo -y tal vez aconsejado en último término por su mismo padre tras unas entrevistas con San Leandro- abjuró del arrianismo.