Nació Francisca en Roma en el año de 1384. Aunque inclinada por naturaleza desde niña al recogimiento y la oración, fue destinada por sus padres al matrimonio con el noble romano Lorenzo de Poncianis. Desde ese momento se dedicó a conseguir que su matrimonio fuese un modelo en todos los sentidos y puso en su esposo y en su familia todas sus aspiraciones. Muertos sus hijos y desterrado su esposo volvió los ojos a la caridad con los enfermos y a la creación de un monasterio de oblatas bajo la regla de San Benito. Al enviudar pidió a sus propias monjas que la aceptaran como una más en el monasterio. Murió en 1440.
CREENCIAS
De Santa Francisca se narran numerosos hechos extraordinarios, como por ejemplo que leía por las noches a la luz del resplandor que daba su ángel de la guarda. Se cuenta también que en una ocasión que en el monasterio no había más que tres trozos de pan, tras bendecir la mesa la santa, hubo comida para todas las monjas. Del mismo modo, un día que trabajaba con otras oblatas una viña en el mes de enero, para calmar la sed hizo que los viñedos se llenaran de jugosos racimos.