Aunque algunos martirologios incluyen el nombre de Eusebio junto a otros compañeros que sufrieron martirio en Mérida (Badajoz), la iglesia celebra en este día al Eusebio que nació en el año 360 en Cremona (Italia).
Siendo muy joven, Eusebio viajó a Roma desde su ciudad natal y allí tuvo la oportunidad de conocer a San Jerónimo, a quien acompañó hasta Belén, donde le ayudó a crear algunos eremitorios y albergues para peregrinos y donde vivió hasta el año 400 en que regresó a Italia. Parecen improbables algunas de las leyendas que se le atribuyen, como la de estar enterrado junto a San Jerónimo en Belén, haber fundado el monasterio de Guadalupe en España y otras por el estilo. También se le atribuye una vida de San Jerónimo, publicada por primera vez en Venecia en 1471, en la que narra innumerables milagros de aquél.
CREENCIAS
En cualquier caso, muchas fuentes le consideran discípulo de Jerónimo y algún relato hagiográfico incluye la ayuda que le prestó este santo antes de morir San Eusebio, a quien, en las últimas horas de su vida se le presentaron unos demonios que le atormentaron cruelmente. Los monjes que estaban alrededor de Eusebio sólo le oían decir: "No lo haré de ninguna manera". Al final, Dios decidió que San Jerónimo acudiera en ayuda del moribundo, huyendo todos los demonios al llegar el Santo, gracias a lo cual Eusebio pudo explicar la frase que repetía en su delirio, alegando para justificar la aparente incoherencia de sus palabras, que los diablos le pedían que blasfemase a lo que él se negaba rotundamente.