Dorotea nació en Cesarea, en la Capadocia, y su vida fue, desde la infancia, un modelo de discreción y prudencia. Denunciada al gobernador Sapricio por el hecho de estorbar con su ejemplo la obediencia a los edictos imperiales, la mandó llamar y al ver que no la convencía la entregó a dos hermanas que acababan de apostatar para que redujesen su espíritu. Lejos de hacerla cambiar, Dorotea las volvió a la fe. Enterado Sapricio la envió al tormento por apaleamiento, pero al encaminarse al suplicio se encontró con un joven llamado Teófilo que se burló de ella emplazándola a que, al llegar al jardín celestial, le enviase unas flores y unas manzanas. Una vez decapitada Dorotea, apareció un mensajero con lo prometido, razón por la cual Teófilo se convirtió inmediatamente y sufrió también martirio.
CREENCIAS
En muchos pueblos se solían ofrecer en el altar en este día unas manzanas y unas flores en recuerdo del milagro obrado por Santa Dorotea.
EXPRESIONES
En febrero loco, ningún día se parece a otro.