Paula nació el año 347 de una familia noble romana -sus padres fueron Blesilla y Rogato, de la rama de los Escipiones y de los Gracos- y tras una infancia acomodada casó con Toxocio, descendiente de Julio César con quien tuvo 5 hijos. Después de haber quedado viuda se dedicó a hacer obras de caridad. En una ocasión estuvo en su casa San Epifanio, obispo de Salamina, por quien supo de la vida de los eremitas a quienes decidió imitar viajando primero a los Santos Lugares y haciendo vida solitaria en el desierto después. Finalmente decidió establecerse en Belén donde fundó varios monasterios y hospitales hasta su muerte, en cuyo tránsito dulce y silencioso dicen que estuvo presente San Jerónimo.