Otra santa romana, Santa Inés, cuya historia es relatada por San Ambrosio, San Jerónimo y por el obispo Vorágine, muestra la voluntad y el empeño de los primeros mártires por mantenerse fieles a su religión y a Cristo. En este caso, Inés es pretendida por el hijo del gobernador de Roma en los años finales del siglo III. Procopio intenta por todos los medios hablar con la joven y declararle su amor pero ella le rechaza confesando que sólo se unirá espiritualmente a Jesucristo. De múltiples maneras intenta Procopio, y aun su padre Sinfronio, torcer la voluntad de Inés pero sin éxito. Tras intentarlo incluso con la fuerza del fuego, deciden llevarla a un lupanar donde el propio joven pretende lograr su voluntad, cayendo muerto al instante. Ante la tristeza de Sinfronio por la muerte de su hijo, Inés resucita al joven que, al volver en sí, abomina de sus anteriores dioses y de su propia conducta. No obstante el pueblo, enaltecido por los sacerdotes, pide la muerte de la joven que finalmente es ejecutada traspasándosele la garganta con una espada.
CREENCIAS
En recuerdo del cordero que aparece en la iconografía sobre los hombros del Buen Pastor, los obispos solían llevar para las ceremonias de la liturgia una prenda denominada palio que, desde el siglo V se hacía con la lana de los corderos ofrecidos a Santa Inés en su iglesia y en su día. FIESTAS Es fiesta local en: Santa Inés (Burgos) |