Santa Leocadia es patrona de Toledo y su culto existe por lo menos desde el siglo V, aunque no tuvo una iglesia dedicada hasta el siglo VII en que se edificaron tres diferentes y en una de ellas se alojó la sepultura con los restos de la santa. Según algunos escritos fue Suintila quien ordenó construirla y según otros Sisebuto. En ella se celebraron algunos de los Concilios toledanos. Precisamente en el IV Concilio se despojó del poder a Suintila y se invistió como rey a Sisenando. Leocadia murió a comienzos del siglo IV después de haber pasado los peores tormentos a manos del cruel Daciano quien no quiso que muriera con torturas y la arrojó a la prisión. Estando en la cárcel conoció la muerte de San Eugenio y de Santa Eulalia lo que, según algunos autores, le produjo una gran impresión pero acrecentó sus ansias de reunirse con Jesús y María. Murió besando una cruz que había trazado sobre la piedra con sus dedos.
CREENCIAS
Una leyenda recuerda que en uno de los Concilios de Toledo, estando San Ildefonso orando al lado de la tumba de Santa Leocadia, se levantó la losa y apareció la santa que dijo estas palabras:
Eres dichoso, Ildefonso, por tener una devoción tan viva y tierna a la Santísima Virgen y por haber defendido con tanto valor su gloria y sus insignes prerrogativas contra sus enemigos. Continúa siendo devoto de María, honrando y haciendo que los demás honren a nuestra Reina común. Os aseguro que podéis esperar todo de su poder y de su bondad.