Se vincula a Clemente, uno de los primeros Papas, con la predicación de San Pedro y de San Pablo, de quienes dicen fue discípulo. La Epístola a los Corintios de San Clemente es un ejemplo de templanza y de discreción. Trata de convencer a los Corintios persuadiéndolos y con razonamientos en sesenta y cinco capítulos cuyos argumentos tienen su base en pasajes bíblicos:
Sed obedientes al Nombre santísimo y glorioso de Dios, con lo que escaparéis de las amenazas que fueron pronunciadas antiguamente por boca de la Sabiduría contra los que desobedecen, a fin de que podáis vivir tranquilos, confiando en el santísimo Nombre de su majestad. Atended nuestro consejo, y no tendréis ocasión de arrepentiros de haberlo hecho. Porque tal como Dios vive, y vive el Señor Jesucristo, y el Espíritu Santo, que son la fe y la esperanza de los elegidos, con toda seguridad el que, con humildad de ánimo y mansedumbre haya ejecutado sin arrepentirse de ello las ordenanzas y mandamientos que Dios le ha dado, será puesto en la lista y tendrá su nombre en el número de los que son salvados por medio de Jesucristo, a través del cual es la gloria para él para siempre jamás. Amén.
Pero si algunas personas son desobedientes a las palabras dichas por él por medio de nosotros, que entiendan bien que se están implicando en una transgresión y peligro serios, pero nosotros no seremos culpables de este pecado. Y pediremos con insistencia en oración y súplica que el Creador del universo pueda guardar intacto hasta el fin el número de los que han sido contados entre sus elegidos en todo el mundo, mediante su querido Hijo Jesucristo, por medio del cual nos ha llamado de las tinieblas a la luz, de la ignorancia al pleno conocimiento de la gloria de su Nombre.
CREENCIAS
El emperador Trajano advirtió a Clemente, por medio de un prefecto suyo llamado Mamertino, de la necesidad de avenirse al mandato de sacrificar a los dioses, a lo que el papa respondió con los argumentos contrarios. El emperador ordenó el destierro a Crimea del pontífice para realizar trabajos forzados en las minas. Trabajando en ellas, cuenta la leyenda que debido a la gran sed que atormentaba a todos los forzados, San Clemente pidió en oración a Dios que les socorriese y se apareció un cordero que señaló con su pata un lugar de donde brotó una fuente de agua clara. El milagro llegó a oídos de Trajano que sentenció que el Papa fuese arrojado al mar con un ancla al cuello. Al cabo de un tiempo se produjo el prodigio de que las aguas se retiraran dejando ver un templo de mármol en el que estaba el sepulcro del Papa y el ancla que se había colgado de su cuello. Desde ese momento, todos los años se producía el milagro de que las aguas se apartasen para que pudiesen entrar los fieles devotos hasta la tumba del santo.
FIESTAS
Es fiesta local en:
Ochando (Segovia)
El Pego (Zamora)