San Severo nació en Barcelona y la tradición cristiana le tiene por Obispo de la ciudad hacia el año 300. Sus diferencias con los arrianos le acarrearon innumerables problemas y no pocas persecuciones. Huyendo de sus enemigos se refugió en un lugar deshabitado a donde fueron a buscarle para acabar con su vida. Tras procurarle los castigos más crueles le atravesaron la cabeza con un clavo, hecho que se refleja muy a menudo en su iconografía.
CREENCIAS
Algunos reyes de Aragón fueron muy devotos de San Severo. Tal vez sea ésa la razón por la que diferentes leyendas conservan la memoria del santo en tierras de Aragón y Cataluña. Un relato popular cuenta que cuando San Severo iba en retirada hacia el Castro Octaviano, lugar donde esperaba estar a salvo de sus perseguidores, se encontró con un cristiano que estaba sembrando una huerta con habas. El cristiano -al parecer de nombre Emeterio, según cuenta la leyenda- se quedó maravillado al comprobar que las habas habían crecido nada más irse el santo. Cuando llegan los perseguidores, Emeterio contesta a sus preguntas acerca de cuándo habían pasado por allí, con una verdad ("estando sembrando las habas pasó por aquí") que es interpretada por los soldados como señal de que había sido hacía mucho tiempo. El suceso parece tomado del célebre "Milagro del trigo" que cuenta la misma historia y que le sucede a un labrador con la Sagrada Familia que huye hacia Egipto.
El Milagro del trigo, también conocido como Romance del labrador y la Virgen es como sigue:
Camino de Egipto van / huyendo del rey Herodes | -Pues ven mañana a segarlo / y no tengas detención |
ENLACES
EL MILAGRO DEL TRIGO, UN TEMA APÓCRIFO
Revista de Folklore nº 44