La vida de Santa Genoveva, nacida en Nanterre en el siglo V, fue difundida y fomentada desde Francia durante siglos y, pese a las épocas en que su historia edificante fue menospreciada, se mantuvo la devoción a la santa cuyos principales hechos y milagros se describieron en una biografía casi coetánea. Desde sus primeros años ya destacó por su honestidad, de modo que el obispo San Germán, en una visita que realizó a Nanterre, se fijó en Genoveva y llegó a decir que había sido elegida por Dios para convertirla en esposa de Cristo. Viviendo ya en Paris, al parecer sus dotes proféticas le indispusieron con sus propios vecinos ya que había tratado de disuadir a quienes pensaban que Atila entraría en la ciudad, de que no huyeran. Sólo las súplicas del obispo de Paris intercediendo por ella consiguieron aplacar el furor de las gentes que la acusaban de falsa profetisa. Los hunos, en efecto, no entraron en la ciudad y se demostró que la santa tenía razón. Muchos otros milagros crearon una aureola de santidad alrededor de Genoveva aumentando incluso en vida su fama. Todos los enfermos que se acercaban a ella quedaban curados, cualquiera que fuese su dolencia y los pobres siempre se veían remediados pues la santa repartía con ellos sus alimentos quedándose con la mínima ración para sobrevivir. Se cuenta que, pese al fervor popular que despertaba su fiesta en las gentes de Paris y alrededores, sus restos fueron quemados en 1793 por el Consejo General de la Comuna al comprobar que la gente tocaba el ataúd con una enorme devoción pasando ropa, pañuelos y sudarios por encima esperando hechos milagrosos con su contacto.
CREENCIAS
La vida de Santa Genoveva se ha confundido muchas veces con la historia de Genoveva, princesa de Brabante, a quien se acusó falsamente de adulterio por no haber cedido a los deseos de Golo, un ayudante de su propio marido que aprovechó la ausencia de éste para ofender a ambos con sus pretensiones. El príncipe Sigfrido condenó a Genoveva a ser abandonada en el bosque con su hijo recién nacido de quien se pensaba que era fruto de ese adulterio. Genoveva recibió a diario la visita de una cierva que alimentó con su leche al niño y a la madre. Descubierto el engaño del mayordomo, el príncipe, arrepentido, dedicó muchas horas de su soledad a la caza y en uno de sus recorridos por el bosque descubrió a su esposa y a su hijo en una cueva sanos y salvos. El relato fue glosado en muchos libros de leyendas, aunque la consideración de santa se debe a Ludwig Tieck, hispanista alemán que a comienzos del siglo XIX escribió la Vida y muerte de Santa Genoveva (Leben und Tod der heiligen Genoveva).
EXPRESIONES
Durante todo el siglo XIX y el XX se pudo recoger como texto de la tradición oral el de la vida de la mal llamada Santa Genoveva, que en realidad era Genoveva de Brabante. El comienzo de esa relación es una clara muestra de que quien la compuso daba una extraordinaria importancia a los hechos creíbles ("relación histórica", los llamaba) y abominaba de las falsas noticias (No canto fingidos hechos / ni invento falsas novelas / que en doradas copas brindan / estragos a la inocencia).
El hecho de que, al final del texto, el autor siga insistiendo en la santidad de la joven tuvo más valor que el relato hagiográfico de la santa de Nanterre:
Esta es la admirable historia / de la trágica princesa / de Brabante, cuya vida, / la santa romana Iglesia / nos propone para ejemplo. / Pidamos que nos defienda / de traidores enemigos / y de tan nocivas lenguas.AUDIO
Constantina Garcia de 94 años de Pisón de Castrejón (Palencia).
Grabado por Joaquín Díaz en 1977.
ENLACES
DANZAS DE PALOTEO Y REPRESENTACIONES DRAMÁTICAS EN LA CABRERA BAJA (LEON)
Revista de Folklore nº 133