Eduvigis nació en Baviera en el año 1174. Fue hija de Bertoldo de Andechs, duque de Carintia, y de Inés de Rothlech y a su vez fue tía de otra santa, Isabel de Hungría. A los doce años de edad, fue prometida al duque Enrique de Silesia y de Polonia, quien entonces sólo contaba dieciocho años, con el que tuvo siete hijos. Su esposo heredó el ducado en 1202 fundando poco después a instancias de su esposa el primer monasterio de religiosas cistercienses de Trebnitz, cerca de Breslau, donde trabajaron forzosamente todos los presos de Silesia. El duque y su esposa cuidaron de difundir en sus territorios la cultura monástica, encomendando a cistercienses, agustinos, franciscanos y dominicos la gestión de los monasterios fundados por ellos. Enrique fundó además el Hospital de la Santa Cruz en Breslau y Eduvigis una leprosería en Neumarkt donde ella misma asistía a las contagiadas.
CREENCIAS
Se cree que fue la decisión y arrojo de Santa Eduvigis los que consiguieron salvar de la prisión a su esposo Enrique, quien había sido capturado por el duque de Cirna, Conrado, tras una batalla en los límites de sus tierras. Conrado se había negado brutalmente a liberar a Enrique pero en cuanto vio aparecer a Eduvigis y escuchó sus razones soltó a su esposo sin reclamar ningún tipo de rescate y sin mediar más palabras. Eduvigis atribuyó el milagro a la intervención de la Virgen, de la que era una gran devota. Se cuenta que, después de muerta y cuando se estaba exhumando su cadáver, hallaron entre sus dedos descarnados una pequeña imagen de la Virgen que no le pudieron arrancar, tan fuertemente había sujetado el icono al morir.