EL JUEGO DE LA OCA

RECREATION SPIRITUELLE



Este curioso juego, de contenido religioso y catequético, tenía su propio dado de doce caras con el que el jugador pasaba, desde su entrada en un supuesto noviciado, por todas las posibilidades que el alma humana podía soportar, alimentándose con las virtudes cristianas y siendo víctima de las dudas, escrúpulos y tentaciones de la vida y de la propia conciencia. En 107 casillas se iba acrecentando la mejoría espiritual hasta que, después de un establecimiento sólido de la virtud en tres etapas, se llegaba a la entrada de la sala del esposo celestial. Dicha entrada debía hacerse con la cantidad justa pues en caso contrario había que retroceder tantas casillas como puntos se excediera. En el número 1 se comenzaba con un desprecio del mundo y, a partir de ahí, había que seguir las normas de pagar (P), volver (R), avanzar (M), o quedarse (D), como en tantos otros juegos similares.






Exposición