Del 23 de marzo al 13 de mayo de 2012
En la Sala de Exposiciones de la Casa Revilla de Valladolid se inauguró la muestra Miradas del pasado: Valladolid, con la presencia del Alcalde y de la Concejal de Cultura del Ayuntamiento de la Ciudad. Contiene más de cien fotografías antiguas y tres piezas singulares: la máquina del fotógrafo del Campo Grande, un visor estereoscópico y un grafoscopio.
![]() | La fotografía tiene la cualidad de mostrarnos imágenes e intenciones en un mismo formato, proponiéndonos diversos contenidos que van desde el paisaje global a la particularidad del retrato. La idea de retratar, es decir de quedarnos con la imagen de alguien, es muy antigua. Con ese acto, bien fuese realizado por uno mismo o por otra persona encargada especialmente para ello, se pretendía habitualmente guardar un recuerdo de algún familiar, de alguien querido o respetado. De hecho, aunque hayan cambiado a lo largo de la historia las técnicas, los soportes e incluso los fines, los principios suelen ser siempre los mismos: recordar, tener memoria de los individuos y de las cosas que los rodeaban o los caracterizaban. En esa intención se encierran, sin embargo, muchas circunstancias, que determinan y hasta califican el hecho: uno puede retratar porque desea guardar vivo el recuerdo de un ser querido, porque quiere fijar en una instantánea algo que se supone que va a dejar de ser o existir inmediatamente, porque pretende captar una expresión o un movimiento de alguna persona en su entorno y esa expresión no se volverá a repetir
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