Te quiero porque te quiero
Te quiero porque te quiero
Y en el querer nadie manda
Te quiero porque me sale
De lo más hondo del alma.
Manojito de alfileres
Manojito de alfileres
Me parecen tus pestañas,
Y cada vez que me miras
Me las clavas en el alma.
Salga el sol si salir quiere
Salga el sol si salir quiere
Y si no que nunca salga
Porque pa alumbrar mi alma
La luz de tus ojos basta.
Canto de cuna al niño Jesús
Duérmete mi niño lindo
En los brazos del amor
Que te arrulle que te arrulle
Cantándote a la ro.
A la ro a la me
A la ro a la me
A la ro a la me a la ro.
No temas al cruel Herodes
Pues que nada te ha de hacer
En los brazos de tu madre
Nadie te puede ofender.
A la ro a la me
A la ro a la me
A la ro a la me a la ro.
-Gerineldo, Gerineldo
mi camarero aguerrido
¡quién te pescara esta noche
tres horas en mi servicio!.
-¿Pues tres horas, mi señora?
Como son tres jueran cinco
Que porque soy vuestro criado
Quieri usté burlar conmigo.
-No Gerineldo de mi alma
que de veras te lo digo.
-Pues ¿a qué horas, mi señora
cumpliréis lo prometido?
-A las doce de la nochi
cuando el rey esté dormido.
Tuavía las doce nu han dado
Ya Gerineldo había ido.
Halló el castío cerrado
Pegó su voz y un suspiro.
-¿Qué alevoso, qué atrevido
a mi castío ha venido?.
-Señora, soy Gerineldo
que vengo a lo prometido.
Ya lo agarra de la mano
Para dentro lu ha metido.
A la ida de los deleites
Ya se han quedado dormidos
Dándose besos y abrazos
Como mujer y marido.
A la una de la mañana
Ya pide el rey sus vestidos;
Ya va un paje y se los da,
De Gerineldo es amigo.
-¿Dónde se halla Gerineldo
mi camarero aguerrido?
-Pues señor, se halla en la cama
con calenturas y fríos.
Ya tomaba el rey su espada
Para el castío si ha ido
Halla la puerta entreabierta
Para dentro se ha metido.
Los halla boca con boca
Como mujer y marido
Vuelve los ojos atrás
Y de esta manera ha dicho.
-Si matu a mi Gerineldo
pues él se crió conmigo
si matu a mi hija la infanta
queda mi reino perdido.
Pondré la espada entre medio
Que sepan que son sentidos.
Cerca de la mañanita
Ya pide el rey sus vestidos.
Ya Gerineldo llegó
Como siempre había ido
-Gerineldo, Gerineldo
mi camarero aguerrido
¿dónde la noche has pasado,
dónde la noche has dormido?
-Señor, jugando a los dados
ni he ganado ni he perdido.
-Mucho dismulu es ese
Gerineldo a lo que he visto.
Hinca la rodilla en tierra
Y de esta manera ha dicho.
-Señor, yo seré la carne
vuestra merced el cuchío,
corte de donde quisiera
de mí no quedo dolido.
-Levántate, Gerineldo
mi camarero aguerrido
me dice mi hija la infanta
que te escoge por marido.
Se levanta Gerineldo
Pegando saltos y bincos
De ver que se iba a casar
Con la hija de Carlos Quinto.
Quisiera verte un día
Un día y nada más
Y mi dicha sería
por una eternidad.
Cuando el marino
Por la mar se lanza
Perdió la esperanza
Que en su amor tenía.
Y cuando este cielo
Deje de lucir
Ay zagala mía
Vale más morir.
Con cuidado vida mía
La causa de mi tormento
Que yo por ti he quebrantado
De Dios los diez mandamientos.
El primero amar a Dios
Yo no lo amo como debo
Sólo por pensar en ti,
Hermosísimo lucero.
El segundo, no jurar,
Yo mil veces he jurado
De no comer ni beber
Hasta no estar a tu lado.
El tercero que es la misa
No la oigo con devoción
Por estar pensando en ti
Prenda de mi corazón.
En el cuarto es que a mis padres
La obediencia les perdí
En público y en secreto
Sólo por pensar en ti.
El quinto no matarás
Pues yo éste lo he quebrantado
Porque mataré al traidor
Al que yo encuentre a tu lado.
Del sexto ya no me acuso,
No tengo de qué acusarme
Porque todas las muchachas
Me gustan para casarme.
Séptimo no levantar
éste tú lo has quebrantado
Pues mi amor y voluntad
Toda me la has insultado.
Octavo no levantar
Testimonio no advertido
Yo juzgo que te enamoran
Todos los que hablan contigo.
Noveno no desear
La mujer de otro marido
En este particular
Vénganse todas conmigo
Décimo no codiciar
La mujer que tiene dueño;
Cada vez que se me ofrece
yo lo hago con mucho empeño.
Pues estos diez mandamientos
Todos se encierran en dos:
En quererte y en amarte
Y en estar juntos los dos.
Ya viene el alba
Ya viene el día
Daremos gracias
Ave María.
Quien canta el alba
Muy de mañana
Las indulgencias
Del cielo gana.
Bendito seas
Sol refulgente
Bendito seas
Sol del oriente
Bendita sea
Tu claridad
Bendito sea
quien nos la da.
Por la calle van vendiendo, ¡qué caramba!
Aguardiente en una taza
Muchachas cásense pronto, ¡qué caramba!
Porque el tiempo se les pasa.
Upa y upa y upa y upa
Las culebras están mudas
Vámonos emborrachando
Hasta que nos lleve Judas.
Anoche soñé un sueñito, ¡qué caramba!
Que te ha de dar mucha risa
Soñé que dormí en tus brazos, ¡qué caramba!
Y amanecí en la ceniza.
Upa y upa y upa y upa
Las culebras están mudas
Vámonos emborrachando
Hasta que nos lleve Judas.
Yo soy ese borrachito ¡qué caramba!
Porque me ando emborrachando
La vida vale bien poco ¡qué caramba!
Si no se pasa gozando.
Upa y upa y upa y upa
Las culebras están mudas
Vámonos emborrachando
Hasta que nos lleve Judas.
Desde esa ciudad de Jauja
Me mandan solicitar
Que me vaya para allá
Un tesoro a disfrutar
¿Qué dices, amigo? Vamos
a ver si dicen verdad
y si es verdad lo que dicen
nos quedaremos allá.
Las iglesias son de azúcar
De caramelo los frailes
Melcocha los monaguillos
y miel los colaterales.
Arroyos que corren leche
Jarros y cazos de atole
Hay barrancas de panochas
Hay azúcar con pinole.
Desde esa ciudad de Jauja
Me mandan solicitar
Que me vaya para allá
Un tesoro a disfrutar
¿Qué dices, amigo? Vamos
a ver si dicen verdad
y si es verdad lo que dicen
nos quedaremos allá.
Hay árboles de tortillas
Y labores de empanadas
Eso de tamales turcos
Las calles están regadas.
Levántate amigo y vamos
Vámonos sin vacilar
Donde agarran a patadas
Al que quiera trabajar.
Cuando uno quiere a una
Y esa una no le quiere
Es lo mismo que si un calvo
En la calle encuentra un peine.
A la jota jota vivan los toreros
Viva la cuadrilla de banderilleros
A la jota jota vivan los amores
Viva la cuadrilla de Valentín Flores.
La vecina de aquí enfrente
Es una buena mujer
Se va a misa por la tarde
Y vuelve al amanecer.
La vecina de aquí enfrente
Me mató mi gallo blanco
Porque la estaba picando
Las semillas del culantro.
A la jota jota vivan los toreros
Viva la cuadrilla de banderilleros
A la jota jota vivan los amores
Viva la cuadrilla de Valentín Flores.
Las solteras son de oro
Las casadas son de plata
Las viuditas son de cobre
Las viejas de hojadelata.
Las muchachas mejicanas
Son lindas como una flor
Y de verlas tan galanas
Llena el corazón de amor.
A la jota jota vivan los toreros
Viva la cuadrilla de banderilleros
A la jota jota vivan los amores
Viva la cuadrilla de Valentín Flores.
Deja niña que te mire
Porque te quiero mirar
Deja niña que te mire
Porque te quiero mirar
Mira que por ti suspiro
Porque quiero suspirar
Mira que por ti suspiro
Porque quiero suspirar
Yo no voy al Prado
Si no vienes tú
Con esa mantilla
Y el vestido azul.
Yo no voy al Prado
Si no vienes tú
Con esa mantilla
Y el vestido azul.
A la jota que vente conmigo
Que si tú eres buena
Lo seré contigo
A la jota que vente conmigo
Que si tú eres buena
Lo seré contigo
Ay de mí, ay de mí
Que no puedo estar "3"
Sin ti
Ay de mí, ay de mí
Que no puedo estar "3"
Sin ti.
A la jota
Que viva Sevilla
Que viva la gracia
Viva la mantilla
A la jota
Que viva Sevilla
Que viva la gracia
Viva la mantilla.
Ay de mí ay de mí
Que no puedo estar "3"
Sin ti.
Mi marido está en la cama
Yo estoy en la cabecera
Con el rosario en la mano
Pidiéndole a Dios que muera.
Firolirolí, firolirolí, firolirolera
Firolirolí, firolirolí, firolirolera
Ven acá firolirolí
Ven acá firolirolá
Tu marido espeándote está.
Firolirolí, firolirolí, firolirolera
Firolirolí, firolirolí, firolirolera
Ven acá firolirolí
Ven acá firolirolá
Tu marido espeándote está.
Mi marido se murió
Y el diablo se lo llevó
Seguro estará pagando
Las patadas que me dio.
Firolirolí, firolirolí, firolirolera
Firolirolí, firolirolí, firolirolera
Ven acá firolirolí
Ven acá firolirolá
Tu marido espeándote está.
Una niña en un balcón
Le dice a un pastor:- Espera
Que te llama una zagala
Que de tu amor desespera.
-No soy tan enamorado,
-Respondió el niño David-,
mi ganado está en la sierra
con él me voy a dormir.
-Oye pastor amoroso
lo que te habla una paloma
arrímate para acá
no hayas miedo que te coma.
Mira qué hermosos cabellos
Y llevarás qué contar,
El sol se enamora de ellos
Cuando me siento a peinar.
Mira qué pie tan pulido
Para un zapato bordado
Mira que soy niña y tierna
Y después a tu mandado.
Te pago tres pilas de oro
El hato y el almirez
Tan sólo porque te quedes
Esta noche y otras tres.
Te doy una pila de oro
Y dos cañas de marfil
Tan sólo porque te quedes
Esta noche aquí a dormir.
-Zagala, cuando me hablaste,
tus palabras no entendí,
perdóname gran señora
si en algo yo te ofendí.
Cuando quise no quisiste
Ahora que quieres, no quiero,
Llora tú tu soledad
Que yo la lloré primero.
Haré de cuenta que tuve
Una sortijita de oro
Y que en el mar se cayó
Y allí la perdí del todo.
Estando el señor don Gato "bis"
Sentadito en su tejado "bis"
Ha recibido una carta
Que si quiere ser casado
Con una gata montesa
Sobrina de un gato pardo.
Ale y hala pum
Ale y hala pum
Sobrina de un gato pardo.
El gato de la alegría "bis"
Ha caido del tejado "bis"
Se ha roto siete costillas
Y por medio el espinazo.
Ya le llevan a enterrar
Por la calle del pescado
Ale y hala pum
Ale y hala pum
Por la calle del pescado.
En la ciudad de Durango
Sin saber cómo ni cuándo
Se vinieron a encontrar
Don Benito y don Fernando
-Ábreme la puerta Elena
abre con toda confianza
que soy Fernando el Francés
venido desde la Francia.
Al abrir la puerta Elena
Se les apagó el candil
Se agarraron de la mano
Se fueron para el jardín.
-Oiga, señor don Fernando
¿porqué no me habla usté a mí?
¿tendá usté amores en Francia
o quiere a otra más que a mí.
-No tengo amores en Francia
ni quiero a otra más que a ti
ni le temo a tu marido
que se halla al lado de ti.
-Perdóname esposo mío
perdona mis aventuras
ya que no lo hagas por mí
hazlo por tus dos criaturas.
-De mí no alcanzas perdón
ni encuentras ningún placer,
que te perdone Fernando
que fue todo tu querer.
Vuela y vuela palomita
Dale vuelo a tu volido
Anda a ver cómo le fue
A Elena con su marido.
La pobrecita de Elena
¡con qué lástima murió
de tres tiros de pistola
que su marido le dio!.
-Agarra criada a esos niños
llévaselos a mis padres
si te preguntan de Elena
les dices que tú no sabes.
Señoras, pongan cuidado
Lo que en la ocasión pasó
Que a Elena por cautelosa
Su marido la mató.
Hilito hilito de oro
Yo jugando al ajedrez
En el camino me han dicho
Que lindas hijas tenéis.
Si las tengo o no las tengo
No las tengo para dar
Que del pan que yo comiera
Ellas también comeán.
Yo me voy muy enojado
A los palacios del rey
Que las hijas del rey moro
No me las dan por mujer
Que las hijas del rey moro
No me las dan por mujer.
Vuelva, vuelva caballero
No sea tan descortés
Que de tres hijas que tengo
La mejor seá de usted.
Esta escojo por bonita
Por hermosa y por mujer
Que me parece una rosa
Acabada de nacer.
Hilito hilito de oro
Yo jugando al ajedrez
En el camino me han dicho
Que lindas hijas tenéis.
Yo soy la recién casada
Que lloraba sin cesar
Me abandonó mi marido
Por amar la libertad.
Mi marido es artesano
Tiene el habla muy cortés
En la falda del sombrero
Trae un letrero francés.
-Por las señas que usté ha dado
su marido muerto es
en la ciudad de Varela
lo mató un traidor francés.
Dos hijos que Dios me ha dado
Conmigo les llevaré
Pa que rueguen por su padre
Y por su madre también.
Diez años que lo he aguardado
Veinte que lo aguardaré
Si a los treinta años no viene
De monja me meteré.
Me echo mi mantona negra
Y mi listón colorado
No más me arrimo al espejo
Qué buena viuda he quedado.
Delgadina se paseaba
Por su sala muy cuadrada
Con su mantoncino de oro
Que no más le relumbraba.
-Delgadina, hija mía,
quiero que seas mi dama.
-No lo permita el Señor
ni la Virgen soberana.
-Próntense todos mis criados
enciérrenle a Delgadina,
ciérrenle todas las puertas
también la de la cocina.
Otro día su hermanito
Otro día la fue a ver.
-Jesusito, hermano mío,
voy a perecer, merced.
-Delgadina, hermana mía,
yo no te puedo dar agua
porque no quisiste hacer
lo que mi papá mandaba.
-Mamacita de mi vida,
voy a perecer, merced,
regálame un vaso de agua
que ya me muero de sed.
-Delgadina, hija mía,
yo no te puedo dar agua
porque desobedeciste
lo que tu papá mandaba.
Papacito de mi vida,
Voy a pedirte merced.
Regálame un vaso de agua
Que ya me muero de sed.
-Júntense todos mis criados
llévenle agua a Delgadina
unos en copas de plata
y otros en tazas de china.
Cuando le llevaron agua
Delgadina estaba muerta
Con sus ojitos cerrados
Y con su boquita abierta.
La cama de Delgadina
De ángeles está rodeada
La cama de su papá
De diablos está apretada.
Delgadina está en el cielo
Dando cuenta al creador
Y a su papá en el infierno
Lo tiene el diablo mayor.