IN CRESCENDO: 200 AÑOS DE LITERATURA MUSICAL

La biblioteca del músico y etnógrafo Joaquín Díaz, que se conserva en la Fundación que lleva su nombre en Urueña, alberga una de las colecciones más completas existentes en España de libros y folletos relacionados con las expresiones populares y su difusión en la Península Ibérica. A través de 26.000 libros, 6.000 pliegos de cordel, 4.000 estampas, 3.000 partituras y 2.500 grabados procedentes de publicaciones o colecciones calcográficas se puede rastrear una rica realidad bibliográfica relacionada con las múltiples facetas de la antropología cultural y social española.

El repertorio



Independientemente de la cuestión de la autoría, podemos observar ya un tipo de repertorio con una temática preferentemente romántica y costumbrista, sobre la que va a girar el gusto musical de los primeros cuarenta años del siglo XIX. Entre los años treinta y los cincuenta se va, eso sí, inclinando públicamente la balanza hacia lo nacional en detrimento de lo operístico italiano, cuyas arias y duetos habían llenado los salones de la aristocracia madrileña hasta ese momento. A partir del instante en que esos salones aumentan en número y se socializan, creándose Asociaciones especialmente preocupadas por las sesiones artísticas y culturales que se convertían en auténticos acontecimientos sociales, lo "español", por así denominarlo, va tomando seguras posiciones frente a lo foráneo. No sería exagerado decir que a todo ello había contribuido de forma decisiva el trabajo, solitario pero convencido, de gente como Juan Antonio Iza Zamácola, "Don Preciso" -autor de dos libritos defensores de lo nacional a través del conocimiento y uso de seguidillas, tiranas y polos- y Federico Moretti quien, pese a no haber nacido aquí, defendió lo español hasta su muerte quedándose a vivir en nuestro suelo y disfrutando con nuestro arte musical en cuyo engrandecimiento participó decisivamente.

Reparemos, pues, en que el ambiente inquieto y el cambiante gusto están preparando el camino para esa otra revolución nacionalista que va a tener lugar en la Península y dos de cuyos frentes van a ser, por una parte el teatral y por otra el cancioneril.

La edad de oro del llamado “género chico” está, según muchos estudiosos, entre los años 1880 y 1900 aunque el nacimiento se suele emparejar con la Revolución de 1868 y la decadencia con el final de la primera década del siglo XX. La mayor parte de esos mismos estudiosos atribuye a varios factores el éxito popular de obras como “La canción de la Lola”, “De Getafe al paraíso” o “Cádiz”: la situación política de España con la inestabilidad de la pérdida de las Colonias y los conflictos interminables en América y Filipinas, la reacción social de determinados colectivos –generalmente de extracción rural y de ideas conservadoras, aunque viviesen en barrios de ciudades-, la exaltación forzosa de un patriotismo cuyos principios habían mantenido -siquiera fuese artificialmente- la sangría cruel de jóvenes soldados que abandonaban su país y su trabajo para ir a morir a miles de kilómetros por un ideal (“por la Patria te dejé, ay de mí!”), el uso de un lenguaje literario y musical reconocido y favorecido por esos mismos públicos que abarrotaban teatros como el de Variedades en todas las sesiones y que seguían pensando en Cádiz como el resultado de una ilusión frente a la tiranía extranjera, como la cuna de la libertad nacional frente a la opresión de lo foráneo…



Exposición


Las Partituras
Los Cancioneros
Organologia
Pliegos y Manuscritos


La musica decimononica y sus ambitos
El Repertorio
La zarzuela y otros generos