Antonio María Esquivel
José Zorrilla
En el estudio del pintor Esquivel un nutrido grupo de hombres de letras escucha leer a Zorrilla mientras el artista pinta. Era en 1846, en la plenitud y ya vísperas del progresivo ocaso del Romanticismo.
Desde su revelación como poeta ante la tumba de Larra en 1837, Zorrilla era el autor más famoso de España; para entonces había publicado siete tomos de Poesías y los Cantos del trovador, los dramas El puñal del godo (1843) y Don Juan Tenorio (1844) y dado numerosas lecturas públicas de sus versos.
En este cuadro están representados casi todos los autores del movimiento Romántico del momento. Casi todos, porque Esquivel, al decir de los críticos, excluyó a quienes no formaban parte de sus tertulias o no tenían sus mismas ideas políticas.
Esquivel tuvo el proyecto de hacer varios cuadros de grupo como «El Congreso de los Diputados», «El Palacio Real un día de Besamanos» o «Una sesión en la Academia de San Fernando», y éste que protagoniza Zorrilla, y el de «Ventura de la Vega leyendo una obra en el Teatro del Príncipe» (1846-1847), ambos hoy en el Museo del Prado.
Tales cuadros podrían haber sido emblemas de la cultura política, artística y económica del país, una síntesis del momento histórico y una visión panorámica de una época de la historia nacional, que conservara vivo su recuerdo para nuestro tiempo.
Centrándose en la figura de Zorrilla y en su relación con los personajes presentes o ausentes en el cuadro, la muestra Las lecturas de Zorrilla está dedicada, a quienes Zorrilla consideraba sus maestros, a sus contemporáneos presentes en el cuadro y a aquellos que no lo están aunque fueron también representativos del Romanticismo español.