22-10-2002
LA PALABRA QUINTO
Quinto significa una parte de cada cinco y, en este caso, una persona de cada cinco. Aunque para los reclutamientos no siempre se estableció ese número -hay levas en tiempos de los Reyes Católicos que seleccionaban uno de cada doce-, la costumbre se generalizó a partir del siglo XVIII, eligiéndose un individuo entre cada cinco de la lista.
"Los gobernantes procuraban recurrir con mesura a este procedimiento, considerado excepcional y sólo justificado en caso de guerra, cuando era imprescindible completar algunos regimientos, y la población aceptaba con resignación, no exenta de protestas puntuales y mucha picaresca, ser sorteada esporádicamente. En realidad, la repercusión social era mínima. A lo largo del siglo XVIII solamente se dictaron trece ordenanzas de quintas.
Los cupos exigidos a los ayuntamientos siempre fueron bastante reducidos: una media de 11.000 hombres, lo que apenas superaba el dos por ciento de los alistados. Y la incidencia habría sido menor si el exceso de exenciones previstas por la ley y la costumbre no hubiera eximido del sorteo a casi la mitad de los solteros en edad de quintas por su vinculación con el clero o la nobleza, desempeñar determinados cargos u oficios, o estar empadronados en Cataluña, Navarra y el País Vasco".
Fernando Puell de la Villa: Joseph Cusachs y el servicio militar en España
CREACIÓN DE LAS QUINTAS
La quinta, versión dieciochesca de la leva honrada o reclutamiento medieval de hombres para la guerra, recibió un espaldarazo oficial con la Ordenanza de 1762. La leva forzosa, regida por la propia Justicia que condenaba a vagos y maleantes a servir de marinos, pasó a ser parte de la historia con la Ilustración.
"La Edad Moderna trajo consigo los ejércitos de mercenarios, aunque las milicias subsistieron como tropas de reserva en casi todas partes...
El ejército dieciochesco se caracterizó por el principio de obediencia ciega, la jefatura suprema del rey, ejército permanente, fueros particulares para los militares, oficialidad monopolizada por parte de la nobleza y reclutamiento a base de mercenarios, voluntarios, levas forzosas de vagos y maleantes y levas por sorteo entre la población civil, con excepción de los privilegiados, enfermos y ciertas profesiones...
La Ordenanza de 1768 y la Real Cédula de 1770 reformaron la organización del ejército y su recluta, basándose en la división territorial de distritos, ideada por Ensenada en tiempos de Felipe V. Se ordenó un censo militar para formar un padrón de mozos, y de entre ellos sortear un cupo proporcional al número de mozos de cada distrito y parroquia, de entre los comprendidos entre dieciséis y cuarenta años, de cinco pies de estatura como mínimo y no incluidos en el cuadro de exenciones...
Las quintas se convirtieron, desde las Cortes de Cádiz, en la solución al problema del reclutamiento del ejército permanente, una vez que la Constitución transformó al soldado del rey en soldado de la nación y convirtió el servicio militar obligatorio en deber constitucional..."
Albino Feijoo Gómez: Quintas y protesta social en el siglo XIX
"Ciento y un quintado llevan todos van para la guerra unos ríen y otros lloran y otros se mueren de pena..." (Romance popular)
EL REEMPLAZO
Reemplazo era el acto por medio del cual una quinta -grupo de personas que generalmente había nacido el mismo año- entraba a servir en la milicia sustituyendo a la anterior. Un sinfín de leyes en los siglos XVIII y XIX venían a establecer diferentes clasificaciones para los mozos incluidos en el llamamiento y diferentes edades de reclutamiento y períodos de cumplimiento.
"Los políticos españoles del siglo XIX se esforzaron por crear un corpus jurídico amplio, quizá con la esperanza de lograr que el pueblo aceptase las quintas como algo inevitable, consuetudinario, imprescindible e irrenunciable..."
"Finalmente, la Ley de 1912 desarrolló la siguiente clasificación de los sorteados: excluidos totalmente del servicio, excluidos temporales, soldados y prófugos, y los reclutas, a partir de su ingreso en Caja, debían cumplir dieciocho años de servicio divididos de la siguiente forma: reclutas en Caja (plazo variable), primera situación de servicio activo (tres años), segunda situación de servicio activo (cinco años), reserva (seis años) y reserva territorial (cuatro años)".
Albino Feijoo Gómez: Quintas y protesta social en el siglo XIX
Operaciones:
"Las operaciones fundamentales del reemplazo eran las siguientes: formación del padrón, reparto de cupos, alistamiento, sorteo, llamamiento y declaración de soldados e ingreso en Caja".
EL SORTEO
La Ordenanza en 1823, en su artículo 24 indicaba que el sorteo se celebrara "a una hora cómoda de la mañana" del primer domingo de abril, con cinco listas (mozos de 18 a 19, de 20 a 21, de 22, de 23 y de 24 años). Las papeletas con los nombres de los mozos se metían en un cántaro y en otro unas papeletas numeradas. Dos niños, menores de diez años, se encargaban de sacar de uno y otro recipiente ambos papeles y de entregarlos al alcalde y al presidente, quienes leían nombre y número respectivos. La Ordenanza de 1837 cambió los cántaros por globos. Finalmente, la Ley de Reemplazos de 1885 concentró los sorteos en las cabeceras de Zona militares.
"El sorteo era el acto cumbre de todas las operaciones de reemplazo, alcanzaba las cotas más altas de dramatismo, era la única oportunidad de burlar la arrolladora maquinaria burocrática, todo dependía de una fracción de tiempo muy corta y de eso que se llama buena suerte".
Albino Feijoo Gómez: Quintas y protesta social en el siglo XIX
"El sorteo estaba viciado de origen al excluirse habitantes de ciertos territorios aforados, nobles, religiosos, casados, estudiantes, mercaderes, menestrales, etc. Se procuraba que el ejército regular se nutriese de mercenarios, levas forzosas entre maleantes y vagabundos, y de voluntarios, pero las milicias se cubrían con un cupo establecido por la oficina de guerra y repartido proporcionalmente a la población provincial y entre las diferentes parroquias, por el Intendente General del Rey en cada provincia, según la Ordenanza de 1735. Una vez finalizados los preparativos se daba publicidad a la Ordenanza de Leva (alguaciles y párrocos leían esa Ordenanza) y se fijaba el domingo de sorteo con la presencia del Intendente o un representante (Alcaldes, normalmente). La Ordenanza obligaba a todos los mozos en edad de servir en la Milicia Provincial (todos los solteros y casados sin hijos, entre dieciocho y cuarenta años) a presentarse en la plaza de la iglesia, en un sombrero o cántaro se introducían bolas blancas y negras (el número de bolas negras era igual al cupo correspondiente a esa parroquia) y los desafortunados que sacaban la bola negra eran declarados soldados".
Albino Feijoo Gómez: Quintas y protesta social en el siglo XIX
LOS RITOS DE PASO
Costumbres populares
"Las guerras, las batallas, los militares de alta y baja graduación, las armas, las banderas, en resumen todo el componente terrible y fascinante de la guerra ha dejado una honda huella en las costumbres y el folklore español."
Un buen ejemplo lo constituyen las fiestas populares de origen bélico, como las que rememoran una determinada batalla ocurrida en el término municipal o una guerra, como en el caso de los moros y cristianos del levante español.
Otra importante influencia castrense se manifiesta en aquellas fiestas en las que los protagonistas emplean una denominación militar para organizarse, e incluso, jerarquizarse. Es frecuente la denominación de capitán, tenientes, etc.
En otras fiestas el recuerdo guerrero se manifiesta en el empleo de armas, banderas o uniformes militares, como en el caso del carnaval de Orense, por ejemplo."
"Desde el punto de vista etnográfico los quintos participan de dos formas en la vida cultural de la comunidad:
-Mediante la sociedad que forman, con fuerte lazos de unión entre sus miembros y unas costumbres determinadas.
-Mediante la participación, como grupo definido, en las celebraciones correspondientes a los ciclos festivos anuales, tanto los religiosos como los profanos..."
"En general, la sociedad de quintos, como ritual iniciático, se define en torno a tres momentos importantes: 1.El tallado y reconocimiento médico de los mozos, que los declarará aptos o no para el servicio. 2. El sorteo de los mozos, donde algunos serán declarados excedentes de cupo y no irán al ejército, mientras los demás conocerán el lugar donde realizarán el servicio. 3. El día de la despedida de los mozos para incorporarse al ejército. Alrededor de esas tres fechas se organiza la fraternidad de los iniciados que se caracteriza por una serie de ritos con una gran carga simbólica. Estos ritos comunales los podemos clasificar de la siguiente forma:
-Ritos de confraternización de los miembros de la sociedad de mozos.
-Ritos relacionados con elementos simbólicos:
Los animales totémicos (por ejemplo, las carreras de gallos)
El árbol (plantar el mayo)
El fuego (las hogueras)..."
Pablo González-Pola de la Granja
EL QUINTO Y LA LITERATURA POPULAR
Espadas de madera usadas en Peñaflor de Hornija (Valladolid) para decapitar al gallo y puntero para correr cintas.
El quinto y la relación con las dos mujeres de quienes dependían sus sentimientos, su madre y su esposa o novia, aparecen muy frecuentemente en la literatura popular y en la tradición oral. También canciones acerca de cantineras y lavanderas. Numerosos pliegos de cordel glosaban de una forma o de otra los afectos, lágrimas y suspiros que la ausencia provocaba, así como los remedios que podían aliviarla. La quinta anual solía producir, además, en muchas poblaciones rurales otros temas populares como "Los Refranes" -relaciones de todo lo que había pasado en una localidad que los quintos "echaban" el día de San Antón a la puerta de la iglesia), las "Relaciones" de los Gallos -especie de auto que representaban los mozos que iban a ir al servicio antes de las carreras de gallos- y las Coplas de Carnaval -en las que los propios quintos o algún poeta contratado se metían impunemente unos con otros o con el resto de la sociedad.
QUIÉNES IBAN
Reconocimiento médico
"El reconocimiento médico, en los ayuntamientos o en las diputaciones, junto con el sorteo y la talla, era la operación más esperada por los que tenían alguna exención que alegar..."
Albino Feijoo Gómez: Quintas y protesta social en el siglo XIX
"El reconocimiento debe realizarse con el máximo rigor, con desahogo y a buena luz, de sol a sol. Se mira un instante de frente al mozo y seguidamente se le examina la cabeza, los ojos, la boca y su cámara posterior y los oídos con el estilete, hablando al mismo tiempo en voz baja. Se hace desnudar al quinto hasta la camisa. Se ve la conformación exterior del tórax, y se ausculta y percute en varios puntos, notablemente debajo de las clavículas y en el precardio, haciendo hablar y suspirar de vez en cuando al mozo. Se hará que con los brazos ejecute movimientos de flexión, extensión, pronación y supinación en todas direcciones...Después se analizarán las regiones del vientre y se hace toser al examinado fijándose mucho en las ingles. Se verá el estado del prepucio, si hay o no hipospadios, etc., el del escroto, testei, cordón y anillos inguinales. Hecho así, se manda volver de espaldas al quinto, reconociéndole esta parte, se le hace inclinar para ver la región anal, en la que se debe introducir un dedo, caso de estar flaco y descolorido el mozo, para comprobar si hay o no fístula interna incompleta. Y se termina observando los muslos (en cuya parte posterior es muy común encontrar varices) y los pies: se hace que cuadre y que marche..."
Pascual Pastor: Prontuario médico de quintas para el uso de profesores de medicina y de cirugía castrenses y militares, 1861
Exclusiones
"No serán excluidos del servicio militar otros individuos que los siguientes:
1. Los inútiles para el mismo servicio.
2. Los que se hallen inscritos en la lista especial de hombres de mar...
3. Los licenciados, por haber cumplido el tiempo de su empeño.
4. Los que hayan puesto sustitutos en los términos y por el tiempo que lo hayan permitido las leyes, ordenanzas y reales decretos.
5.Los que hayan redimido el servicio militar por el pecuniario...
6. Los que, quintados para reemplazar la milicia provincial, cuenten dos años en este servicio.
7. Los milicianos provinciales que estén sobre las armas fuera de su provincia al tiempo de hacerse el llamamiento.
8. El hijo único que mantenga a su padre pobre, siendo impedido o sexagenario.
9. El hijo único de viuda pobre que la mantenga.
10. El hijo único que mantenga a su madre pobre, si el marido de ésta se halla sufriendo pena de trabajos públicos o presidio..."
Decreto de 3 de febrero de 1823 para el reemplazo del ejército.
EL CUARTEL
"El concepto actual de cuartel, como lugar de alojamiento y trabajo de la tropa, es relativamente reciente. Hasta que, por real orden de 20 de agosto de 1840, Espartero dividió el ejército de operaciones de la Guerra Carlista en cinco cuerpos de ejército y asignó a cada uno de ellos la pacificación y el mantenimiento del orden en espacios geográficos determinados, ninguno de los regimientos creados por Felipe V en 1703 había estado vinculado a una base territorial fija, ni por lo tanto se había sentido la necesidad de contar con acuartelamientos estables...
Los soldados, en permanente rotación de un sitio a otro, se cobijaban bajo las bóvedas de las murallas o en los subterráneos de los baluartes, habilitados como dormitorios en las plazas fortificadas...
En 1854, en Toledo, se construyó por segunda vez en España -la primera fue en 1725, cuando Felipe V erigió el actual Centro Cultural de Conde Duque, en Madrid, para casa cuartel de la Guardia de Corps- un acuartelamiento de nueva planta, esmeradamente acondicionado y amueblado, de forma que sirviese de modelo para los que se pensaban edificar en el futuro...
Los ministros de la Guerra de la Regencia de María Cristina asignaron parte del presupuesto para intentar rehabilitar los viejos conventos, pero el exagerado coste de las obras de acondicionamiento aconsejó poner en marcha un ambicioso plan de acuartelamientos, El diseño de las nuevas instalaciones, es decir, los grandes cuarteles que todavía hoy se mantienen en pie en muchas ciudades, ubicados entonces en su linde exterior, se caracterizó por un gran patio central, que dejaba pasar el aire y la luz a todos los locales...
Hubo que esperar hasta la llegada de la Segunda República para que se reemprendiera la política de acuartelamientos. Éstos se ubicaron lejos de los núcleos urbanos y el diseño cambió radicalmente. En lugar de un solo edificio con patio central, sus diseñadores optaron por construir un conjunto de edificios exentos de dos o tres plantas: uno para oficinas, otro para dependencias comunes -comedor, cocina, aulas, gimnasio, etc.- y varios más para dormitorios, con capacidad para albergar las cuatro compañías de un batallón..."
Fernando Puell de la Villa: Los quintos
EL UNIFORME Y EL ASEO PERSONAL
"Apenas has llegado al Cuartel, te encuentras con la sorpresa de que, en un abrir y cerrar de ojos, como quien dice, ha cambiado por completo el aspecto de tu indumentaria exterior. En vez de la ropa de paisano vistes el uniforme militar y, sorprendido una vez más, observas que todos tus compañeros, una vez uniformados, te parecen iguales. Ya no es tan fácil distinguir si éste es de la ciudad y aquél del campo, o si uno es estudiante y otro obrero..." Germán Rodríguez González: Manual del recluta, 1959
"Hasta los años finales del siglo XIX el aseo matutino se solía realizar en el propio dormitorio en invierno, sacando agua de la tinaja con las marmitas de aluminio que se utilizaban para comer, y en el abrevadero en verano...
A los cultos y pundonorosos oficiales de la Restauración les repugnaba contemplar cómo los soldado se lavaban y afeitaban con los mismos utensilios que, al cabo de un rato, utilizarían para comer. Para evitarlo, se dotó a los edificios de nueva planta con un cuarto de aseo, situado a nivel del patio, al que los sargentos conducían a sus hombres para lavarse y afeitarse...
Los cuarteles de la República incorporaron cuartos de aseo a los dormitorios, limitados a una docena de lavabos, unos cuantos urinarios y un par de inodoros. También se construyeron en casi todos los cuarteles duchas colectivas, aprovechando algún local para tender un par de tuberías a unos dos metros del suelo, con varias alcachofas acopladas a lo largo de ellas y un enrejado de madera sobre el canalón de desagüe. A menudo, el escueto fondo de mantenimiento de los acuartelamientos -una peseta mensual por soldado hacia los años cincuenta del siglo XX- no permitía calentar el agua de las duchas, por lo que la frecuencia de uso de estas instalaciones dejó mucho que desear..." Fernando Puell de la Villa: Los quintos
EL LENGUAJE MILITAR
La vida militar generó, desde siempre, un rico y particular lenguaje que se iba transmitiendo a cada generación que llegaba a cumplir con el servicio obligatorio. Algunas palabras o frases quedaban integradas, de forma indeleble, en el bagaje cultural del individuo que pasara por los cuarteles.
Santo y seña
"Lo que generalmente se designa con el nombre de Santo, consiste en tres palabras que son, separadamente, el Santo, la Seña y la Contraseña. La primera de ellas es el nombre de un santo, y las otras dos arbitrarias, si bien la segunda suele designar una población o un punto geográfico y la tercera un objeto cualquiera. Todas ellas deben empezar por la misma letra, para su más fácil recordación...Al divisar el centinela a alguien por la inmediación de su puesto, procedería de la forma siguiente:
Centinela: -Alto, ¿quién vive?
Preguntado: Se detendrá y contestará: ¡España!
Centinela: ¿Qué gente?
Preguntado: Contestará diciendo quién es.
Centinela: ¿Santo y seña?
Preguntado: Antonio, Alava. ¿Contraseña?
Centinela: Aspirina..." Germán Rodríguez González: Manual del recluta, 1959
Imaginaria
"Los soldados que durante la noche prestan servicio en los dormitorios para asegurar el orden y velar por la seguridad del personal que en ellos pernocta, reciben el nombre de Imaginarias..." Germán Rodríguez González: Manual del recluta, 1959
Fajina
"Se desconoce cuándo el término fajina, cuya semántica original hacía referencia a la confección de haces de ramaje para formar empalizadas o hacer transitables los caminos, dejó de anunciar el final de cualquier catividad, lo que aún ocurría en 1869, para pasar a pregonar que era llegada la hora de comer..." Fernando Puell:
Toques
"Los soldados pronto se las ingeniaron para hacer inteligible y poder interiorizar el sonido que salía de la boca de la corneta, lo que dio origen a la más popular y conocida de las letrillas que les servían de ayuda mnemotécnica para identificar los diversos y numerosos toques de ordenanza:
Despierta compañero que ha salido el sol
Las gentes se levantan a alabar a Dios.
Quinto levanta, tira de la manta,
Quinto levanta, tira del colchón..." Fernando Puell
Los principales toques eran: Diana, Parte, Primera parte de oración, Escuadra, Compañía, Batallón, Fajina, Asamblea, Izquierda, Derecha y Centro, Marcha, Alto, Oración, Retreta, Atención prolongado, un punto agudo, dos o tres,, Atención general, Himno Nacional y Generala.
LOS SÍMBOLOS
"El soldado ha de penetrarse bien de la necesidad de amar a España, de lo mucho a que le obliga este deber sacrosanto y de que a ella debe su vida. Escuche el soldado con atención los consejos y razonamientos de sus oficiales, aproveche su temprana edad en la cual todavía las impresiones mundanas y egoístas no habrán anidado en su alma, para arraigar en su corazón tan hermoso sentimiento...Comprenda el soldado que todos los deberes que se le enseñan se derivan del patriotismo, que sin éste, ni el Ejército llenaría su misión, ni la Nación jamás podría ser fuerte y gloriosa y que el patriotismo es la virtud militar por excelencia que encierra en sí todas las demás. Amando a España, el soldado será disciplinado y valeroso..."
"La bandera no tiene, como pudiera creerse, un objeto táctico, no es un centro o eje de maniobras, no es una señal de reunión militar, no es una insignia política, es algo más que una distinción nacional. Sin creencias... no se comprenderá lo que es la bandera. La bandera nacional es el emblema de la Patria, es la representación material del estado. En la bandera están encarnadas las tradiciones gloriosas de nuestro pueblo, mirándola, recordamos hazañas heroicas, esfuerzos inauditos por nuestra independencia, episodios grandiosos de gloria, héroes que fueron hasta el martirio por defender nuestra querida España y días venturosos de gloria y esplendor.
La bandera mantiene latente en nuestro pecho el sagrado fuego de amor por la Patria, y al contemplarla se vigoriza en el ánimo la fiereza y la altivez propia de quien anhela ser independiente. Es nuestra bandera la representación augusta y solemne de la nacionalidad española..."
Enrique Ruiz Fornells: La educación moral del soldado. 1895
FORMACIÓN E INSTRUCCIÓN
" Debe tenerse en cuenta que, hasta 1904, el Ministerio de la Guerra no asumió como propia y dio rango legal a la labor alfabetizadora que los regimientos venían realizando. A partir de ese año, los capellanes de todos los cuarteles se encargaron de instruir a los soldados analfabetos, auxiliados por oficiales, sargentos y cabos voluntarios...
La Segunda República mantuvo esas clases para formar "hombres más conscientes y capacitados" y, durante la Guerra Civil, la enseñanza se trasladó al mismo frente de batalla, donde 2200 milicianos voluntarios alfabetizaron a 105.000 soldados. Finalizada la contienda, las escuelas se regularon minuciosamente y se introdujo la novedad de que los analfabetos no podrían licenciarse ni disfrutar de permisos...
Los datos correspondientes al período 1944-1962 son espectaculares. Durante esos años hicieron la mili 2.799.802 hombres, de los que 401.156 -el 14,32 por ciento- eran analfabetos absolutos, es decir, no sabían ni siquiera firmar. En el momento de licenciarse, 358.837 -el 89,45 por ciento- leían y escribían con corrección, y sólo 42.683, poco más de la décima parte, no lograron "redimirse" -como rezaba la literatura oficial- de su condición...
En 1960 la situación cambió radicalmente. El Ministerio de Educación Nacional abordó el problema con seriedad y abundancia de medios, y el I Plan de Desarrollo Económico y Social de 1961 puso en marcha la Campaña Nacional de Alfabetización y Promoción Cultural de Adultos, que aprovechó la larga experiencia y tradición de las Fuerzas Armadas en esta labor..."
Fernando Puell: Los quintos
EL ARMAMENTO
"e) Instrucción de tiro
52. Tendrá singular importancia, siendo común a todos los soldados cualquiera que sea el Cuerpo o Arma en que sirvan, la referente a fusil individual o mosquetón, granadas de mano explosivas y fumígenas. En las Unidades dotadas de fusil ametrallador o ametralladora será obligatorio para todo el personal destinado en ellas el conocimiento y manejo de estas armas, con las que deberá realizar algún ejercicio de tiro.
53.La instrucción preparatoria de tiro se iniciará el primer día, debiendo realizarse paralelamente a la táctica, en forma ininterrumpida. Por turno, un grupo de reclutas debe estar constantemente practicando ejercicios de puntería, encaramiento y disparo..."
Plan general de instrucción. Ministerio del Ejército, 1946
VIDA COTIDIANA EN EL CUARTEL
"El soldado repartía su tiempo de la siguiente manera: al amanecer se tocaba la diana y se ordenaba limpieza general, a las siete de la mañana, preparación de la guardia, a las nueve, revista de policía, a las diez, el rancho, seguido de un paseo en verano y la preparación del cambio de guardia en invierno, a las doce instrucción teórica, lectura y escritura hasta las dos, en verano se respetaba una siesta de dos a cuatro, a las cinco de la tarde se pasaba lista y se distribuía el rancho, en invierno, mientras que en verano, a las cinco, se concedía paseo de cuatro a siete, y a las siete y media se pasaba lista y distribuía el rancho, después del rancho, de nuevo paseo hasta las siete treinta en invierno y hasta las ocho treinta en verano..."
Albino Feijoo Gómez: Quintas y protesta social en el siglo XIX
LA MÚSICA
La retreta, junto a la práctica de desfilar por las calles de la población o de tocar en los parques públicos, fue una costumbre que unió a militares y civiles gracias a la música.
"Costumbre de gran tradición decimonónica, caída primero en desuso y abolida definitivamente en tiempo de la Dictadura de Primo de Rivera, era la retreta. Consistía ésta en un recorrido por la ciudad de las bandas de los distintos regimientos que la guarnecían, las cuales hacían un alto en plazas y encrucijadas para anunciar, a los sones floreados de este toque de ordenanza, que era hora de retirarse y regresar al cuartel a pasar lista antes de cenar.
Espectáculo colorista, repetido cada anochecer, con escolta de cientos de chiquillos, que hacía las delicias de la población, pues las vistosas bandas, especialmente en las ciudades en las que había más de un regimiento, se esmeraban por tocar con brío y calidad musical, porfiaban por estrenar pasodobles y desfilar a los sones de las marchas zarzueleras más populares..."
Fernando Puell: Los quintos
DURACIÓN DEL SERVICIO
1800 - 8 años
1821 - 6 años
1837 - 8 años
1867 - 4 años
1881 - 3 años
1912 - 3 años
1924 - 2 años
1930 - 1 año
1943 - 2 años
1968 - 18 meses
1984 - 1 año
1991 9 meses
LA LICENCIA ABSOLUTA
"Anualmente y en el día que se verifique el licenciamiento general de los soldados del reemplazo que corresponda a pasar a la segunda situación de servicio activo, se organizará una fiesta que se denominará despedida del soldado y que se celebrará, a juicio de la Autoridad Militar de la Región, en los cuarteles o en público. El primer acto de la referida fiesta será la celebración de una misa en el cuartel o paraje designado. Terminada la misa, se destacará la bandera de cada cuerpo, seguida del ayudante y escolta y el Gobernador Militar de la plaza leerá o pronunciará una alocución recordando el juramento de fidelidad prestado y el deber que tienen los licenciados de seguir cumpliéndolo fuera de los cuarteles. Acto seguido, se desplegará la bandera de cada cuerpo y desfilarán ante ella los licenciados, dándole frente al llegar a su altura y saludándola militarmente. A continuación del acto anterior, se procederá por los comandantes mayores de cada cuerpo a entregar a los licenciados del suyo la cartilla militar..."
Real Orden Circular de 2 de junio de 1925. El Duque de Tetuán.