Fundación Joaquín Díaz

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Vox Dei ac vox populi • Las campanas de San Pedro del Vaticano

José Luis Alonso Ponga

Edición digital de la Fundación Joaquín Díaz. 2020

189 páginas

Puede descargarse gratuitamente en formato PDF 30MB



Presentación de Mons. Dario Rezza

El uso de las campanas en las iglesias, según una antigua, aunque legendaria tradición, se inició en Italia, en Nola, donde San Paulino, obispo de la ciudad del 409 al 431, fue el primero en agrandar las campanillas (tintinabula) ya existentes haciendo pequeñas campanas (llamadas nolas o campanas) y colocarlas en una torre, como se deduce también de la presencia de una antigua fundición al lado de las basílicas nolanas. Y según Isidoro de Sevilla (560-636) el nombre mismo de las campanas derivaría de la región de Campania. S. Paulino viene considerado como el patrono de los campaneros.





Las campanas han tenido siempre a lo largo de los siglos una función pública, cívica y religiosa, transmitiendo mensajes, adquiriendo un valor simbólico relativo a los intereses locales de una determinada comunidad laica o religiosa y provocando a su vez desencuentros entre la Iglesia y el Concejo, entre el poder eclesiástico y el civil.

Con el paso del tiempo han perdido importancia, pero, aunque ahora no sean ya un signo de jurisdicción, son aún un símbolo de relación comunitaria y un válido instrumento de comunicación de las celebraciones litúrgicas. Señalan aún los tiempos de fiesta y también de luto en nuestra vida: en este sentido conservan su cometido de ser la Vox Dei y en algunos lugares también la función cívica de señalar las horas del día.

Particularmente interesante es el arte de fabricar campanas que ha hecho famosas a algunas familias de maestros fundidores, los cuales a lo largo de los siglos se han transmitido los secretos de unos a otros. La misma fusión de la campana y su inauguración ha asumido un ritualismo concreto que todavía hoy constituye, desde el punto de vista religioso, un objeto del culto y, desde el punto de vista laico, un antiguo símbolo de autoridad.

El autor de esta investigación histórica y descriptiva de las campanas, con su preparación específica, nos muestra eventos y personajes con abundancia de documentación, enriqueciéndola con detalles humanos y sociales que hacen agradable y más interesante la exposición, dada su preparación en el campo antropológico.

La parte relacionada con la Basílica de San Pedro en el Vaticano ofrece una amplia exposición de rituales y de los específicos ejemplares de las campanas con su lenguaje sonoro, y constituye por sí misma, casi una historia vívida, cuyo significado, más allá de los datos objetivos, abarca todo el Orbe católico: el «plenum», esto es cuando suenan a repique todas las seis campanas, resulta casi el paradigma de la voz misma unánime de la Iglesia que habla en el Sucesor del Apóstol Pedro, la roca sobre la cual Cristo ha fundado Su Iglesia.