LA TARJETA POSTAL

Valladolid. Vista general



En España, las primeras tarjetas postales salieron de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, editándose tres millones de ejemplares en dos modalidades en 1873, enviándose ese año algo más de 300.000 tarjetas y siendo el costo de cada envío de 5 céntimos.





Cuando empezaron a ponerse de moda en Europa las "tarjetas ilustradas" -es decir con una imagen en el anverso-, los suizos Oscar Hauser Muller y Adolf Menet Kusteiner, fotógrafos, fundaron en 1890 la fototipia Hauser y Menet en Madrid, y a comienzos del siglo XX ya contaban con más de cinco mil imágenes originales, realizadas por los propios fotógrafos y otros de la época, como Káulak, Laurent o Franzen. Bien pronto empezaron a surgir pequeñas librerías en algunas capitales de provincia que editaban vistas y monumentos con propósitos fundamentalmente comerciales, aunque solían encargar las instantáneas a buenos fotógrafos y continuaban imprimiéndolas en el establecimiento de Hauser y Menet al que siguieron otros como la Heliotipia Artística Española, el establecimiento de Castañeira, Álvarez y Levenfeld, Lacoste o la fototipia de Luis Saus en Madrid y los establecimientos litográficos de Thomas o de Luciano Roisin en Barcelona. En Castilla y León tuvieron fama Jacinto Hebrero (J.H. La Minerva, Valladolid), Laurentino de la Justicia (L.J. Valladolid), Emilio Zapatero, Jorge Montero (Valladolid), Jacinto González (Zamora), Patricio Guillén (Valladolid) o Fuentes y Morillo (Zamora), entre otros. Desde 1873 a 1906 en el reverso de la tarjeta se escribía sólo la dirección. La tarjeta tenía un sello ya impreso o una inscripción que indicaba que había sido previamente pagado el valor del franqueo. A este tipo de envío se llamaba "Centero postal". A partir de 1906, se divide en dos el espacio del reverso, para contener mensaje y destinatario.





Exposición