Fundación Joaquín Díaz

Comercio en Valladolid

Industria y comercio en Valladolid capital

200 años de comercio e industria en Valladolid


Guantería Suero

Guantes
















Propietario:
Eusebio Suero

Actividad:
Guantes

Dirección:
Alfonso XII 3

Periodo:
1860

Historia:
Don Eusebio Suero se anunciaba en los diarios con versos de este tipo: "El que tenga sabañones /y se los quiera quitar/venga a mi tienda a comprar / no pierda estas ocasiones,/ que de todas hinchazones / se verá en breve curado / si de guante bien forrado / se surte, según espero,/ pues, por tan poco dinero /¿quién anda desabrigado?" Don Eusebio Suero, del ramo de la guantería y vate ocasional, era quien ofrecía todos los días su mercaduría en deliciosas décimas, dirigiendo sus versos a sus posibles clientes; para todos tenía palabras don Eusebio quien, por activa y por pasiva, quería demostrar que comprar en su guantería era lo más juicioso, lo más elegante, lo más provechoso para el amor y lo más económico:"Para adornar con primor / una mano de un buen guante / yo convido al elegante / que teniendo algún valor / se acerque a mi mostrador;/ yo no lo voy a retar / sólo quiérole probar / que si buscas economía / en esta mi guantería / es do la puede encontrar". A veces subrayaba con un paternal "no lo olvidéis" o con un autoritario y convencido "he dicho" sus propias producciones poéticas. En una época en que el sentimiento regionalista estaba envuelto en ideologías románticas, él llamaba a una lucha bajo la bandera de la elegancia y en batalla permanente contra los precios: "Castellanos: Cada día está mejor / aqueste almacén surtido; / sumamente abastecido /tengo yo mi mostrador./ Espero, en vuestro favor,/ llegaréis aquí constantes:/ ánimo pues, elegantes,/ no descuidéis vuestras manos./ Os lo digo, castellanos,/ seguid comprándome guantes". Ponía Eusebio Suero en su verbo los cuatro elementos primordiales para la comunicación imperativa: dotes de convicción, autoridad para convencer, razones para ello e indicación exacta de lo que pretendía que hiciera la persona a quien estaba convenciendo. Ofrecemos una muestra más que es un paradigma del buen anuncio que, como todo el mundo sabe, debe contener, al menos todos estos ingredientes publicitarios: Relación directa (casi íntima) con el público; variedad de ofertas; repertorio de dificultades salvadas en la fabricación que hacen más valioso el producto final; deseo de servicio al comprador, etc., etc.: "Público para mí ya tan amado / sólo servirte quiero como anhelo / sintiéndome hacia ti tan inclinado / esta tienda monté con tanto celo;/ en ella buen surtido he colocado / de ricos guantes, mas si algún desvelo / he tenido al poner mi guantería / al verte aquí renace mi alegría".




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