Estaban diciendo la misa el día de la fiesta, y resulta
que a uno de los monaguillos le entró un dolor de
tripa muy grande y salió y se marchó. Y el otro,
claro, no sabía ayudar.
Conque se vuelve el cura y dice:
Dominus vobiscum.
Y el chico entiende: , y dice:
Ya viene que está cagando.