Era un hermano que salió de casa y le dio la madre
la marienda, y se encontró con la Virgen María; le
pidió un poco de pan pa el niño y le dio toa la
merienda, y la Virgen le dio tres bolitas de oro. Pasó
otro hermano después y le pidió un poco pan pa el
niño y dijo:
No tengo bastante pa mí.
Y no le dio nada. Y se fue a casa sin nada, pero
alcanzó al otro, le quitó las bolas y le mató y le
enterró. Y luego el otro, -como eran tres
hermanos-, se fue a buscarle, y cuando pasaba por
donde estaba enterrao, decía:
que mi hermano grande me mató,
por las tres bolitas
que la Virgen María me dio>.