Intérpretes: Guitarra y voz: Joaquín Díaz
Laud: Férlix Pérez
Guitarra: Jose Antonio Ortega
Productor: Joaquín Díaz
Técnico de sonido: Raul Marcos / Sonoland
Reedición:
En la provincia Valencia,
en el pueblo de Arrabal,
habitaba un pescador
llamado Pedro Marcial.
Ay, ese malvado padre,
viudo hace poco quedó,
con una hija de nueve años
y un hijo de veintidós.
Así tranquilos vivían
hastA que el padre traidor
quiso sentir por la niña
tan insolente pasión.
Cuando su hermano se marcha
a cumplir la obligación
coge su padre a la niña
dentro de una habitación.
Al ver que la niña llora
y no la puede hacer callar
la ata un paañuelo a la boca
pa que no pueda llorar.
- Si dices algo a tu hermano,
la decía el criminal,
sin tener piedad de ti
te daré muerte fatal.
Cuando su hermano ha llegado
de cumplir la obligación,
como siempre por su hermana,
a su padre preguntó.
- Dice que se encuentra mala.
Le contesta el criminal.
Dice que se encuentra mala,
yo no sé lo que tendrá.
- ¿Qué tienes, hermana mía,
que estás pélida y llorosa?
¿Qué tienes, hermana mía,
siendo tu cara una rosa?
- Ay, ven acá, hermano mío,
y ponte al lado de mí,
Pero el padre, que escuchaba
a estos la conversación,
con idea de darla muerte
penetró en la habitación.
Pero el hijo, que veía
que a su hermana iba a matar,
disparó un tiro a su padre
y cayó al suelo mortal.
Al ver que le quedó muerto,
él a dar cuenta se fue
y con rostro sin igual,
de este modo le habló al juez:
- Yo vengo a decirle a usía,
que con este arma tirana
he dado muerte a mi padre
por abusar de mi hermana.
Usted como señor juez,
usted como juez severo,
ya sabrá usted que la honra
no se gana por ningún dinero.
Hasta el señor juez lloraba
de lo que el padre traidor
quiso sentir por su hija
con insolente pasión.