Intérpretes: Guitarra y voz: Joaquín Díaz
Productor: Gonzalo de la Puerta
Técnico de sonido: Luis Fernández Soria / Audiofilm
Reedición:
Se pasea doña Albora
por su palacio real;
le dan dolores de parto
y le hacen arrodillar.
- Oh, quién fuera pajarito,
oh, quién pudiera volar
para ir en cá mi madre
me lo ayudara a pasar.
Me daría pa mantills,
me daría pa pañal,
me daría pa falejos
para el infante enfajar.
- Anda y vete en cá tu madre
anda si quieres marchar.
Cuando venga tu marido
yo le daré de cenar.
Ha llegado su marido
y ha empezado a preguntar:
- ¿Dónde está mi espejo, madre,
dónde me suelo mirar?
- Por qué espejo me preguntas,
¿pol brillo o el de cristal?
- Yo pregunto por mi esposa
donde me suelo mirar.
- Por esas calles y plazas
por esos caminos va
a mí me ha tratao de tuna
a tí hijo de un rival,
y si no castigas eso
en mi casa no has de entrar.
Ha llegado en cá su suegra
y la ha empezado a insultar.
- ¿Quién es ese caballero
que a usted la trata mal?
- Es tu maridito hija,
que te ha venido a buscar.
- Póngale usted rica cena,
póngale usted rico pan;
póngalé usted rica cama
donde pueda descansar.
- No quiero tu rica cena,
tampoco tu rico pan,
que quiero que te levantes
de la cama donde estás.
- Considera, maridito,
si quieres considerar,
una mujer de un rival
tres días en cama está.
Yo con ser hija del rey,
una hora, y no cabal.
Unas la van a vestir,
otras la van a calzar,
otras la ponen la silla
para que pueda montar.
- Si estuviera aquí mi padre,
no me dejaba llevar,
pero la pobre mi madre
lo paga todo en llorar.
Han andado siete leguas
sin una palabra hablar,
pero al cabo de las ocho
don Bueso mira pa atrás
y le dice a Doña Albora:
- Da al infante de mamar.
- El infante ya está muerto
la madre pa ello va,
las ancas de tu caballo
cubiertas de sangre están.
Doña Albora está en al cielo,
en el cielo ella está,
su marido en el infierno
ardiendo por ello está,
su suegra, por mal consejo,
en el infierno arderá.