Era un chico que cuidaba chivos, y estaba claro, en el campo, y llegan unos frailes, andando y le dicen al chico (tenía cortao el pelo):
-¿De dónde eres pelón?
-De la cabeza señor.
-Dí, este camino ¿dónde va?
Y dice:
-Este camino no va a ningún sitio; este camino está quieto. Dicen:
-Andá; con lo pequeño que es...si seguramente no sabrás el padrenuestro...
Y dice el chico:
-Tampoco saben ustedes los dientes que tiene un chivo.
Y ya los frailes, pues se marchaban; y preguntaron en el próximo pueblo que cuántos dientes tenía un chivo y les dijeron que tenían cuatro. Y a la vuelta, encuentran otra vez al zagalillo; y le preguntan:
-Dí, dí qué ¿ya has aprendido el padrenuestro?
-Ya les he dicho que cuando me digan ustedes los dientes que tiene un chivo les digo yo el padrenuestro.
Y contestan los frailes:
-Cuatro.
Y dice el chico:
-¡Dónde! ¿Arriba o abajo?
Y como no sabían que los chivos sólo tienen dientes abajo se quedaron con las ganas de que les dijera el padrenuestro.