Intérpretes: Voz: Joaquín Díaz
Piano: Javier Coble
Guitarra romántica: Felipe Sánchez Mascuñano
Castañuelas: Antonio Pérez
Cello: Marina Sorin
Productor: Coordinación Luis Delgado
Técnico de sonido: Luis Delgado, Javier Coble
Reedición:
Muchas veces una niña
Está llorando y gimiendo
Muchas veces una niña
Está llorando y gimiendo
Y tal vez está diciendo
Que te adora sin cesar
Y tú sabes que con otro
Te la pega sin piedad.
Tú te quejas y ella jura
Que es muy grande falsedad
Porque nunca las mujeres
Decir pueden la verdad.
Devorando fingimientos,
Fraudes, traiciones y engaños
Pierde sus mejores años
Quien se llega a enamorar.
Tú te abrasas, y ella en tanto
Triunfa de tu necedad,
Y que quieras o no quieras
Sufrirás más de un rival
Porque nunca a las mujeres
Se les puede replicar
Si en éxtasis amoroso
Ves a tu dama oficiosa
Ofreciendo cariñosa
Su amistad a tu rival,
No pretendas con tus celos
Su conducta reprochar
Pues te dirá con frescura
Que fue pura urbanidad.
Porque siempre las mujeres
Mal o bien, te harán callar.
El inmortal fingimiento,
La traición, la felonía
Y una eterna tiranía
Logra el que llega a adorar.
Amantes alucinados,
Salid de esa ceguedad
Que el pecho de una mujer
Jamás arde en realidad,
Porque al fin, de las mujeres
Nada bueno hay que esperar.
El convencer a una ingrata
De su fementido amor
Es luchar con un error
O empeñarse en delirar.
Para alejar tus sospechas
Sus lágrimas vertirá
Y adormecido con ellas
Tu amor volverá a inflamar
Porque siempre a las mujeres
Se les debe perdonar.
Si tu vista en otra dama
Un instante se ha fijado
No podrás este pecado
Ni aun con tu sangre lavar
Y ella de dos mil amantes
El incienso admitirá.
Y tú debes confundirte
Y su conducta alabar
Porque siempre las mujeres
En la lid han de ganar.