Intérpretes: Voz: Joaquín Díaz
Productor: Varios
Técnico de sonido: Varios
Reedición: Cancionero de Romances 2012
En la provincia Sevilla, y en el pueblo de Lebrija
habitaba una señora, tan sólo tenía una hija.
Esta mujer tan ingrata, y en un cajón la metió,
y en un cruce de caminos, allí sola la dejó.
Pasó por allí un pastor que guardaba su rebaño
y al sentir aquellos gritos, en seguida se ha acercado.
El hombre abrió el cajón, y llenito de congoja
se la cogió en sus brazos y se la llevó a su choza.
Y su mujer va y le dice: -¿Qué me traes ahí Amador?
- Una niña muy bonita que me encontré en un cajón.
Y su mujer le contesta: -No te preocupes por nada;
La criamos con la nuestra y las dos serán hermanas.
Las dos se acostaban juntas, las dos vestían iguales
que parecían mellizas, cuando salen a la calle.
Años después, yendo un día con su carro a por carbón
en el medio del camino, una anciana se encontró.
Ya se bajó de su carro, y la anciana le propuso
- Le pido por Dios clemencia, no tengo a nadie en el mundo.
Ya llegaron a la choza y le dijo a su mujer:
- Lo que tenemos que hacer, tú lo tienes y bien visto;
que se quede con nosotros pa que cuide de los niños.
Al cumplir su cumpleaños fueron la hermana y los padres
a pasarlo todos juntos y darle felicidades.
Entonces aquella abuela, al ver aquella familia
le ha preguntado al pastor: - ¿No tiene más que dos niñas?
-Pues mía no es más que una, -el pastor le contestó-
pues esa que hay a su lado me la encontré en un cajón.
Y entonces aquella abuela, hincándose de rodillas:
- Hija de mi corazón, yo soy tu madre querida.
- Mis padres propios son estos, en mirándole la cara
que son los que me criaron; usted fue una madre mala.
Usted fue una madre mala yo soy una hija buena;
se quedará usted en mi casa, hasta que en mis brazos muera.
Y al público que me escucha, yo le pongo en su razones:
Que cuiden de los sus hijos, y que no los abandonen.