Joaquín Díaz

Editorial


Editorial

Parpalacio

30-12-1998



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Con todas las reservas que cualquier hipótesis lingüística pueda suscitar -sobre todo cuando la etimología nos remonta a términos prerromanos- podría suponerse que la palabra URUEÑA está compuesta por dos sufijos de muy antiguo origen.El primero sería UR, con el significado de "agua" y el segundo UEÑA (de ONNA), supuestamente precéltico y preibero, con el significado de "corriente de agua".Una de las primeras menciones conocidas de la villa se encuentra en la documentación del Monasterio de Sahagún, donde aparece como ORONNA.Los topónimos prelatinos relacionados con el agua no son infrecuentes en la provincia de Valladolid y no habría más que referirse a los ríos Duero, Pisuerga o Esgueva para comprobarlo.Por otra parte, hoy mismo, se puede comprobar que una enorme bolsa de agua se extiende por el subsuelo de Urueña con diferentes corrientes o venas que surten abundantemente a todos los pozos de la población y que, hasta hace unos años, incluso, mantuvieron siempre alimentado el labajo situado al pie del muro norte del castillo.Esta abundancia de agua, que confirmaría plenamente el sentido del topónimo, se ve ampliada o complementada con los numerosos topónimos que en el término de Urueña apuntan en la misma dirección.Los primeros asentamientos, hoy despoblados, incluyen en su etimología el concepto de acuífero:Pozuelos, ya mencionado en el año 954, de cuya existencia quedarían hoy los nombres de los pagos "pozolico", "pozuelo mediano",etc; San Pedro y San Pablo de Cubillas (cuevillas u oquedades de donde fluía y fluye el agua), nombre de un antiguo monasterio real cuya iglesia vendría a ser con el tiempo la actual ermita de la Anunciada;y por último Marfeliz, otro despoblado situado en la parte norte del término y del que hoy sólo se conserva el topónimo y la certeza de que allí hubo una fuente.