Joaquín Díaz

Editorial


Editorial

Parpalacio

Normas de las cofradías

30-12-1996



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Todavía en el siglo VIII, época en la que se redactan las nuevas ordenanzas para las Cofradías que habían de subsistir después de la remodelación y fusión ordenada por Ley, se conservaban muchas de las normas que, de una generación en otra, preservaron el orden y el buen gobierno de estas asociaciones durante centurias. Se elegía mayordomo una vez al año, y él era el encargado de velar por las cuentas, exigir el cumplimiento de los estatutos y prepara la función anual haciéndose cargo en algunas ocasiones del refresco ofrecido a los hermanos. De tiempo en tiempo se recibía la visita del obispo o de su delegado que se preocupaban de revisar y ajustar a derecho el exacto cumplimiento de las normativas dispuestas. La Justicia también intervenía para que no se olvidara que este tipo de asociaciones era una reunión de legos, siquiera sus fines fuesen básicamente religiosos.

En cualquier caso, la Novisima Recopilacion, en su libro i, la utilidad y decencia de las Cofradías, que quedaron reducidas en su mayor parte –el objeto principal de estas disposiciones era el de evitar abusos- a dos o tres en cada villa o pueblo, entre las que siempre sobresalía por s importancia y finalidad la Cofradía Sacramental, encargada de propagar y fomentar el culto al Santísimo.