30-12-2020
En diciembre del año 1980 dio comienzo una singular aventura en la que, por fortuna, todavía estamos embarcados. Los responsables de la obra cultural de la Caja de Ahorros Popular de Valladolid me pidieron que les sugiriese una actividad con posibilidades de prolongarse en el tiempo, y tardé muy poco en proponerles la creación de una revista mensual sobre la tradición. Tras un mes escaso de contactos y viajes, la revista presentó en el mes de diciembre el número 0 en el salón de actos de la entidad con unas breves intervenciones y un concierto del Cuarteto de Madrigalistas de Madrid. En el primer número ya se vislumbraba lo que habría de ser una tendencia permanente en la publicación a través de los años: la tradición es una forma de comunicación que, siguiendo unas pautas determinadas, permite transmitir conocimientos útiles al tiempo que ejemplifica fórmulas para intercambiar información relacionando esos mismos conocimientos. El pensamiento y la actividad humana quedan así como un extenso y fértil campo en el que cultivar el entendimiento y el aprendizaje con una idea de trascendencia. Durante estos 40 años, y mes tras mes, nos hemos esforzado en mantener la ilusión y la curiosidad del primer día aportando ideas, temas y tratamientos diversos que enriqueciesen el patrimonio común desde la particularidad de sus extremos. Asuntos múltiples y miradas diversas han dado como resultado una publicación en la cual la cultura es lugar común y la humildad una premisa. El tiempo transcurrido nos ha permitido también observar una evolución en los medios proporcionados por las tecnologías, de modo que los nuevos recursos han contribuido grandemente a las funciones de difusión y consulta de la publicación. De los mil suscriptores iniciales hemos pasado al millón de visitas anuales, lo que ha convertido la revista en una fuente de información y un repositorio obligado para quienes necesiten recurrir a los datos del pasado. Un simple repaso al listado de colaboradores resumirá el abanico de objetivos que la revista ha abarcado a lo largo de este tiempo. Los títulos hablarán acerca del sistema cultural creado merced a la variedad de colaboraciones y la pluralidad de objetivos. Apartada voluntariamente de valoraciones científicas y de clasificaciones elitistas, la revista se siente muy cómoda contribuyendo simplemente a la construcción de un edificio común con aportaciones que avaloren el razonamiento y sirvan modestamente para perfeccionar un método. El escritor Paulo Coelho nos ha recordado a menudo en sus obras que el ser humano está permanentemente en movimiento; siempre está aprendiendo, y en ese esfuerzo radica su mejor cualidad, aunque a veces sienta tentaciones de pararse y considerar que ya ha terminado de entender el mundo.