30-11--0001
Abordamos el límite entre el tercero y cuarto años de publicación con esperanza. Por un lado nos sirve de acicate que el número de suscriptores vaya en aumento, pero por otro nos atemoriza la idea de que este crecimiento dificulte la comunicación y dé al traste con nuestros deseos de convertir la Revista en un completo medio de entretenimiento y consulta para personas de cualquier edad o época. Desde luego, seguimos empeñados en la tarea de ampliar el campo de trabajo, atendiendo temas y géneros poco tratados o escasamente estudiados. Lejos de nuestra intención ocupar parcelas que, si bien no son patrimonio exclusivo de nadie, son cultivadas ya por otras publicaciones o entidades. Nuestras incursiones en esos pagos obedecen, únicamente, al deseo -que ha sido una constante en la Revista de Folklore- de aportar datos noticias o costumbres vistos desde diferentes enfoques y con ópticas o perspectivas distintas. Creemos que esto enriquece el patrimonio común y sirve para que cada uno, desde su cultura y sus circunstancias, posea más elementos a la hora de comparar o hacer un juicio estimativo sobre su propio acervo.
Nos conformaríamos con dar la impresión, en suma, de que atendemos primordialmente al estudio y perfeccionamiento del ser humano, elemento imprescindible a la hora de abordar cualquier empresa cultural, social o política.