30-12-2005
Llega la Revista de Folklore al número 300. Sin grandes pretensiones pero con la seguridad de que el trabajo
que se emprendía a finales de 1980 habría de ser fructífero, hemos llegado a comienzos del año 2006
con un bagaje extraordinario de contribuciones y con el ánimo más decidido que nunca para apreciar en
lo que valen las expresiones populares y el pensamiento de quienes las hicieron posibles. Si se nos permite alguna
reflexión sobre el paso de los años y la evolución de las tendencias, podríamos decir que hoy son más
necesarios que nunca el interés por la tradición y la valoración del patrimonio propio. Es verdad también
que los cambios de los últimos años afectan más a las mentalidades que a los mismos hechos folklóricos cuya
desaparición no deja de ser producto de unas circunstancias más o menos adversas. Ahí debería estar el
principal campo de estudio y a esa tendencia deberíamos atender desde la investigación. Ya advertíamos
hace mucho tiempo de que el respeto por la tradición no está necesariamente en quien ha vivido o vive en el
medio rural y observábamos asimismo que esa valoración positiva del pasado no está reñida con nuestra
plena pertenencia a la generación o al siglo que nos ha tocado vivir. Sólo desde esa perspectiva y desde ese
respeto al pasado y al presente podremos abordar con seguridad nuestros proyectos y sabremos apreciar en
toda su dimensión el valor de ese tesoro, antiguo y nuevo al tiempo. Gracias a todos los que han hecho posible
este milagro casi inexplicable –lectores, suscriptores, autores, impresores, amigos, y especialmente a
nuestro patrocinador Caja España– y feliz año 2006.
Joaquín Díaz
Director de la Revista de Folklore