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Parece que fue ayer… y ya han pasado nada menos que veintitrés años desde que se presentó en Valladolid la Revista de Folklore con muchas ilusiones y un escaso bagaje. A punto de iniciar el año vigésimo cuarto de publicación, conviene volver a agradecer a Caja España su infatigable apoyo para que nuestras aspiraciones sean una realidad mes tras mes. Imposible olvidar a los suscriptores, cuya confianza y aliento hemos sentido en cartas y opiniones que han contribuido a que corrigiésemos los errores y mantuviésemos los aciertos. Acerca de los colaboradores, los circunstanciales y los fijos, también es necesario hacer un elogio además de agradecer su contribución imprescindible para que la Revista se haya ido publicando con puntualidad. Por último, y para que todo ese esfuerzo llegue correctamente al papel, la imprenta Casares hace el resto.
Precisamente porque hemos comprobado en los últimos años el valor que tiene toda esa documentación hemos pensado que se hace necesaria su digitalización para su consulta en la Red de usuarios de Internet; de los índices que agrupan los años de existencia de la revista, ya puede uno extraer conclusiones aunque sean provisionales: apartados que están escasamente representados o que ni siquiera se han abierto, junto a otros cuya abundancia llega a sorprender; provincias o comarcas poco tocadas y otras con nutrida participación. En cualquier caso, por mencionar solamente algunas materias de las que están dignamente representadas en las páginas de la Revista, podrían citarse la agricultura y ganadería, alimentación, arquitectura popular, arte popular, costumbres, creencias, mitos, supersticiones, danzas, dramática, fiestas, flora y fauna, industrias y oficios, instrumentos musicales, juegos, léxico y paremiología, literatura, medicina, música y canto, opinión y conceptos teóricos, personajes y religiosidad. En total, más de ochocientos autores diferentes y cerca de mil quinientos artículos que hacen de la Revista de Folklore un documento imprescindible para quien se adentre en el estudio de los conocimientos populares en la península Ibérica.
La digitalización se hará en formato de imagen (con el escaneado directo de cada página y unos índices generales de cada artículo y su autor) y en formato texto para poder consultarlo por palabras y por campos.