30-11--0001
El verano, estación caprichosa y especialmente irregular este año, nos deparó algunas noticias intrascendentes -casi todas lo son actualmente- y otras más graves, de aquellas que causan desasosiego y dan un tono distinto -acre, triste- a las fechas del calendario. Tal vez la más destacable sea el fallecimiento de Ángel Carril, Director del Centro de Cultura Tradicional de la Diputación de Salamanca. Al cabo de años de trabajo excelente y de denodados esfuerzos por sacar adelante un proyecto tan digno como útil, la labor de Ángel se nos había hecho imprescindible. Sus publicaciones, exquisitas y diferentes eran un reflejo de su propia personalidad, chocante con los gustos de la moda actual y declarada enemiga de lo vulgar. Quienes tuvimos la suerte de tratarle como persona y como profesional, estamos en deuda con él por su actitud inconformista ante lo pedestre y por sus incertidumbres presentidas, que le hacían más vulnerable y más humano. Quienes hemos venido haciendo la Revista Folklore a lo largo de más de veinte años sentiremos su pérdida y echaremos de menos sus opiniones y su colaboración, siempre leal y siempre acertada