13-02-1990
13 y martes de febrero, l990
El fin de semana pasado estuvo en Valladolid Ralph Rinzler. Su visita me produjo una gran alegría, pues nos tenemos bastante afecto desde hace muchos años, cuando, requerido por la Smithsonian Institution para que realizara trabajo de campo en Europa vino a parar a España; inmediatemte le pusieron en contacto con la Sección Femenina desde la Embajada y el Ministerio de Cultura, aunque Pete Seeger le había hablado ya de mí. Hicimos buena amistad que, con sus períodos de silencio, ha durado hasta ahora. Desde su importante cargo en la Institución Smithsoniana creo que nos puede ayudar mucho en el Museo. Tanto la idea como lo que hasta ahora se ha hecho le parece "milagroso" y el pueblo "mágico"; le recordó un castillo de Northumberland, impresión acrecentada por el día cubierto y triste que nos tocó.
Hoy vendrá el diputado Emilio Álvarez, del grupo socialista. Me gustaría que los politicos confiasen menos en mí y más en la idea, pues si yo falto algún día esto puede irse al garete; sé que es dificil, pero conviene ir acostumbrando a los miembros de la corporación a que lo importante es el Centro que podría funcionar sin mí perfectamente, sienpre que estuviese adecuadamente estructurado y con personal suficiente y eficaz.
Es curiosa la idea que tiene del Centro la gente del pueblo; hoy he oído decir mientras estaba en el teléfono que "van a dar clases de gimnasia en la casona; va a haber de todo..."; esto, unido a la idea tan extendida de que voy a poner un mesón me convierte en una especie de mesonero profesor de música y gimnasia, o sea un buhonero de alto copete.