Joaquín Díaz

PROLOGO


PROLOGO

Para un libro de Luis Torrecilla

13-07-2001



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Se atribuye a Pitágoras la idea de que todas las cosas son números o están constituidas por números. Una ciudad, por ejemplo, formada por el volumen de sus edificios, por los datos acerca de sus calles y de las personas que transitaron por ellas y por el largo y ancho de sus propios límites siempre cambiantes, no podría menos que estar en cierta dependencia de las propiedades aritméticas. A partir de Pitágoras, es cierto, la ciencia deja de fijarse en la naturaleza para atender a lo mensurable –el orden, la proporción, la norma cuantitativa- prefiriendo la forma a la materia. Desde Pitágoras acá, asimismo, la humanidad ha tenido ocasión de convertir los números en símbolos, de trastocar sus relaciones en oculta sabiduría y de cambiar los números que los representaban en claves semánticas de contenido plural.
¿Resultado de todo ello? Que no hay individuo a salvo de las leyes numéricas ni ciudad libre de la esclavitud de los guarismos que, como eslabones de una larga cadena, enlazan la superstición con la historia, los sueños con las realidades, la vida con el cálculo.
El autor de este libro, Luis Torrecilla, utiliza el número como excusa para llevarnos de la mano por un recorrido vallisoletano físico y metafísico. En ese inusual e imaginativo viaje hasta sus propias palabras han sufrido la limitación de la cantidad, llegándonos en versos medidos, tan exactos como la relación de lo que contienen. La obra en su conjunto contradice la opinión tópica de que la historia es árida, al tiempo que ofrece, para la memorización de tanta y tan interesante documentación, el soporte mnemotécnico de los números.