Joaquín Díaz

ALBUM DE VALLADOLID


ALBUM DE VALLADOLID

Para la presentación del libro

03-12-2010



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La palabra Album viene del latín y se usaba para designar una superficie encerada y blanca sobre la que se escribían los edictos para que los leyera el pueblo romano. Con la llegada de la fotografía en el siglo XIX comenzó a usarse la palabra para designar ese libro encuadernado en el que se guardaban los recuerdos gráficos, en especial los familiares. La idea de retratar, es decir de quedarnos con la imagen de alguien, es muy antigua. Con ese acto, bien fuese realizado por uno mismo o por otra persona encargada especialmente para ello, se pretendía habitualmente guardar un recuerdo de algún familiar, prolongar en el tiempo alguna escena o fijar en forma de icono a alguien querido o respetado. Aunque hayan cambiado a lo largo de la historia las técnicas, los soportes e incluso los fines, los principios han sido siempre los mismos: recordar, tener memoria de los individuos y de las cosas que les rodeaban o les caracterizaban.
Los libros de fotografías han ocupado también una parte importante dentro de la bibliografía provincial desde que, a mediados del siglo XIX, la costumbre de viajar se hizo asequible a una gran parte de la población, precisamente a esa parte que descubría en sus periplos determinados aspectos exóticos, aparentemente ajenos a su propia cultura y tal vez por eso mismo dignos de ser reflejados en un medio instantáneo pero duradero. Con ese espíritu, con el de prolongar la vida más allá del instante, nacieron las primeras colecciones fotográficas, tan apreciadas hoy en día por su valor documental y por sus aportaciones al mejor conocimiento de una sociedad. Las instantáneas recogían rostros cuyas facciones jamás envejecerían, monumentos sin reloj, lugares por los que no podría trascurrir el día ni la noche, vidas intemporales en suma que quedaban registradas, fijadas para siempre en aquel momento expuesto a una lente y robado a su existencia.
Entre la costumbre romana, casi administrativa, y el recuerdo familiar está este libro, al que he titulado Album de Valladolid con la pretensión de que la memoria de unos nos sirva a otros y viceversa. Monumentos, calles, personas, grupos, nos aportan una imagen plural de Valladolid y nos ayudan a conocerlo un poco mejor, que es de lo que se trata.