24-01-2005
Tienen la costumbre quienes son partidarios de ver los toros desde la barrera, de bautizar o rebautizarlo todo para darle a las palabras y las cosas ese matiz que suponen que les falta. Por ejemplo, en cuestión de siglos, raro es el que no tiene apellido en el que se reconozcan los hechos principales acaecidos en el mismo o se rememore la tendencia filosófica que se impuso o se recuerde una inclinación estética que iluminó lienzos y espíritus. Así, se habla de siglos oscuros para referirse a los medievales, de tonos argénteos o áureos para los que abarcan el Renacimiento y el Barroco y de siglo luminoso o de las luces para mencionar el dominado por la Ilustración. Del XIX, confuso, guerrero, inquieto, se conocen tantos adjetivos que apenas cabrían en esta breve introducción. Del XX, eso sí, casi todos hablan como del siglo de la comunicación. Aún no sabemos cómo y por dónde nos saldrá la centuria casi recién estrenada, pero es fácil que la gastemos en explicar qué es eso de la comunicación y para qué sirve…
Clemente Barahona, paladín de la palabra, ha decidido que la letra, mucho mejor que con sangre, entra con una buena explicación y se ha dedicado a desentrañar en este libro una serie de conceptos y sus concomitancias. Como buen profesor utiliza el término comunicar en el sentido de comulgar y no sólo no nos obliga a hacerlo con ruedas de molino sino que nos invita a que entre ellas desmenucemos las palabras y saquemos el máximo partido de la molienda. En realidad el verbo es fruto de siembras, injertos, podas y cuidados cuyo resultado depende en buena parte de nosotros y del trato que le demos, así que no es extraño que el autor se preocupe de ayudarnos a mejorar el lenguaje con el simple cultivo de sus raices y con el conveniente entretenimiento de sus ramificaciones. A todo ello contribuye además la amenidad, que convierte el monte en bosque y la arboleda en soto, dándonos la sensación de que el horizonte lingüístico se ensancha y diversifica ante nuestra vista con nuevos y clarificadores panoramas.