16-11-2006
La palabra eco se utiliza en español tanto para designar a la repetición de un sonido como para recordarnos una noticia que se transmite y se difunde. De la primera acepción poco podré hablar, porque es precisamente lo que no se va a oir en el disco que hoy se presenta. Todo él está grabado en una cámara en la que la repetición es un lujo innecesario. En la presentación del primer trabajo en forma de disco que se hizo para Cidaut en la famosa cámara semianecoica, recordaba yo la historia de la escurridiza Eco según nos la narra Ovidio en sus Metamorfosis. La diosa Juno, que había sorprendido a Júpiter en adulterio con la parlanchina ninfa, la condenó a no poder pronunciar nunca más una frase entera...Narciso –hijo de las aguas del río Cefiso y de la bella Liriope- y la ninfa Eco, se encontraron un día en un bosque y, pese a la pasión que ésta sentía por el bellísimo mozo, la relación fue un fracaso por culpa de las titubeantes y recortadas palabras de Eco, que no acertaba a expresarse bien por rebotarle los sonidos y los sentimientos. Enamorado de sí mismo al verse reflejado en las aguas, Narciso se convirtió después en rosa, y la ninfa, rota de desamor, se puso a llorar su triste destino rodeada de sus hermanas las náyades que gritaban inconsolables. “Pues bien –termina Ovidio-, a esos gritos y a esas lamentaciones contestaba Eco, cuyo cuerpo no se pudo encontrar. Y sin embargo, por montes y valles, por todas las partes del mundo, aún responde Eco a las últimas palabras de todo el padecimiento humano”.
La segunda acepción de la palabra eco es la que sin duda viene mejor para la presentación de este disco. Porque en esos “ecos de navidad” hay encerradas muchas emociones y muchos recuerdos de infancias pasadas. La navidad, ya lo sabemos, nos invita a todos a ser mejores. Y, aunque sólo sea una vez al año, nos hacemos la ilusión de que podemos serlo. Precisamente el secreto está en que nunca logramos alcanzar del todo esa ilusión y nos queda la esperanza de conseguirlo algún día. Y seguimos esperando ese día y repitiendo los buenos deseos. Pero, por encima de todo, la navidad nos hace solidarios. Nos recuerda, que la alegría que experimenta la humanidad en esos días es porque un pequeño relato, una hermosa narración cuyos ecos estaban escritos desde el principio de los tiempos, cambió el egoismo en generosidad, la mezquindad en filantropía, la soledad en compañía, la ramplona realidad en un sueño diferente, que –repito- al menos una vez al año nos apretuja a unos contra otros para no sentir el frío del desamparo o la nostalgia de los buenos deseos. Esa ha sido la actitud de quienes nos hemos acercado a esta fecha tradicional, a sus leyendas y a sus costumbres, por medio de este CD con el que nos sumamos a una tarea que, para ser descrita con propiedad, requeriría mucho más espacio y tiempo del que ahora dispongo. En cualquier caso, gracias a todos y feliz navidad.