Joaquín Díaz

ISMAEL FERNANDEZ DE LA CUESTA


ISMAEL FERNANDEZ DE LA CUESTA

Presentación en las Huelgas de Valladolid

03-11-2016



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Presentar a Ismael Fernández de la Cuesta en cualquier foro internacional de musicología sería un honor. En este caso, a ese honor se une el inmenso placer de hablar de un músico que, en los años 60, nos hizo descubrir la belleza y suavidad de la música espiritual, bálsamo de maravillosas propiedades. Su presencia en este congreso, sin embargo, no se debe sólo a su autoridad en ambos campos, el de la música y el del espíritu, sino a su generosa y permanente disposición y a su inclinación radical hacia el mundo de los silencios expresivos. Ismael disfruta con los espacios silenciosos y con la tradición –seguramente porque le recuerdan a su Neila natal- y eso le ha confirmado en su condición de persona y en su apego a las raíces, esas que nutren y dan vida al hombre desde la infancia.
Decía que Ismael es uno de los musicólogos españoles más prestigiosos en el panorama internacional, reclamado por universidades, conservatorios, instituciones y sobre todo por alumnos, que reconocen en él a un guía indiscutible con una autoridad avalada por su erudición y su experiencia. La crítica le ha reconocido siempre como uno de los mejores especialistas en canto gregoriano y en música medieval, teniendo entre los aspectos más interesantes de su currículo, el haber dirigido durante once años el Coro de Monjes Benedictinos del Monasterio de Santo Domingo de Silos, con el que grabó algunos discos que estuvieron entre los superventas de los Estados Unidos superando en cifras a los mejores cantantes del universo musical americano. Ismael es, además, Catedrático del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, donde enseña canto gregoriano y musicología medieval y Vicedirector de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, institución en la que ingresó con un bellísimo discurso titulado Cantaré con el corazón.
Todos estos títulos, sus numerosos libros publicados y otros muchos méritos (como el de haber presidido durante once años la Sociedad Española de Musicología o haber sido miembro fundador del Centro para la Interpretación de Música Medieval en Francia) no le apartan de su condición sencilla y humana.
Ismael piensa, y me gustaría que me dejase acompañarle en ese pensamiento, que el ser humano no ha cambiado nada en los sentimientos primarios. Si acaso, nos hemos hecho menos tiernos y más brutos, pero en el fondo a la hora de usar el corazón, seguimos igual que hace mil años. Por eso vamos a escuchar, en el recogimiento del lugar histórico en que nos encontramos, al Coro dirigido por Ismael que nos desvelará algunas de las pautas y secretos que encierra un canto espiritual que ha sobrevivido al tiempo -algo malo habrá hecho el tiempo cuando huye-, a pesar de los cambios, de las modas y de las equivocaciones humanas.