Joaquín Díaz

MAGISTERIO DE LA MEMORIA


MAGISTERIO DE LA MEMORIA

El Norte de Castilla. Pluma de cristal

Desaparición de los artesanos

15-07-1988



-.-

Fenómenos como los que constantemente están produciéndose en la Sierra de Atapuerca -descubrimientos que nos dan una perspectiva distinta y distante de nuestro pasado o de nuestra evolución- podrían ayudarnos también a reflexionar sobre nuestro presente. El tipo de sociedad que nos hemos creado tiene un extraño poder para certificar y dar validez a cualquier decisión que, aparentemente al menos, suponga un avance, un paso adelante en el desarrollo o progreso de la humanidad. Para quien esté satisfecho con la vida que le ha tocado en suerte -el periódico de todos los días, el coche, su trabajo, su mundo- hemos mejorado evidentemente. Hay algunas personas, sin embargo, a las que esas formas unívocas y "eficaces" de concebir la existencia están perjudicando gravemente. Me refiero a los artesanos; pero no tanto a los que han hecho de esa actividad su modo de vida, sino a ese otro personaje cada vez más escaso, discreto por obligación (ya no tiene alumnos a quienes transmitir su sabiduría o sus técnicas) y por arbitrarias decisiones colectivas, al que un impulso, una herencia o la misma suerte en forma de sueño, convirtieron en cátedra permanente de la memoria.
He insistido muchas veces y no me cansaré de seguir haciéndolo, en la importancia de dar una tratamiento especial a esos personajes. No tanto por evitar que desaparezca su dedicación, a la que una visión exclusivista y exigua de la sociedad ha transformado ya en exótica, sino por no acabar con un prototipo de magisterio único, capaz de concitar en un mismo individuo la sabiduría tradicional y la creatividad personal sin que ninguna de esas dos facetas estorbe a la otra. Repito que nos quedan muy pocos ejemplos; tan pocos que me atrevería a sugerir que su talento y su ejemplo fuesen tratados con una veneración especial por la sociedad y sus representantes: excepciones con lo excepcional. Y no ya para que se pueda reconstruir su figura en el futuro -suelen ser irrepetibles su concepto del mundo, de la estética, de la habilidad- sino porque su desaparición es un paso atrás en ese deseado perfeccionamiento de nuestra especie.
Me parece una tragedia que estemos fatalmente destinados a reconocer esas desapariciones sólo a través de los descubrimientos arqueológicos.