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La palabra "ronda", si bien aparece ya en el Diccionario de Autoridades (Siglo XVIII) con el sentido de "andar de noche paseando las calles" y especialmente de "los mozos que pasean la calle donde vive alguna mujer que galantean", tiene el primitivo sentido bélico de "ataque" y la misma etimología que "rebato". En cualquier caso, parece que en siglos pasados fue costumbre común la de aprovechar la oscuridad y las horas tranquilas de la noche para declarar a una dama lo que en otro tiempo y circunstancias no se hubiera hecho. A tal fin se reunía una serie de mozos que recorrían las poblaciones con instrumentos musicales e inventaban canciones adecuadas al propósito que perseguían. En algún lugar, estas rondas o rondallas llegaron a tener entidad propia y dispusieron de instrumentos caracterizados con los que acompañaban al rondador principal en el canto de los temas amorosos. A veces, si la canción iba seguida de alguna otra circunstancia, como adornar el balcón o ventana de la dama, las rondas recibían el nombre de enramadas; albadas cuando precedían el día de una boda y se hacían de madrugada; marzos o mayos cuando el recorrido se hacía en un día de un mes especial. El término serenata tiene un sentido más urbano y culto, definiéndose en el Diccionario de Autoridades como una "función de música especialmente con concierto de instrumentos" y ejecución nocturna, lo que daría origen a la palabra (sera = noche). En resumen la canción de ronda recibe diferentes apellidos según varíen las circunstancias pero responde al nombre común de una velada peripatética con unos hitos especiales donde tenía lugar el hecho lírico de obsequiar a una mujer con versos y melodías.