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Creemos que hay pocos paises que, como España, puedan ofrecer para su uso o estudio una variedad tan impresionante de instrumentos musicales, tanto de tipo popular como de carácter tradicional. Cuando muchas zonas de Europa carecen ya por completo de la posibilidad de revitalizar su música autóctona que ha quedado aplastada por la de consumo, todavía podemos observar aquí un resurgimiento en el interés por la práctica instrumental; esta recuperación, lejos de ser un remedo forzado o artificial del pasado, presenta aspectos renovadores y creativos muy prometedores. Aunque muchos de esos instrumentos ni siquiera están catalogados o definidos en las mejores enciclopedias mundiales al uso, mantienen su actividad gracias a jóvenes constructores e intérpretes que han llegado a tiempo de recoger la antorcha de artesanos y ejecutantes que les precedieron varias generaciones atrás. El momento, justo es reconocerlo, es infinitamente más positivo que el que se podía observar hace dos o tres décadas.