30-11--0001
Editorial
Entre los bailes que se han ido perdiendo en la crisis de identidad de los últimos decenios, la Rueda representa uno de los más antiguos y con más interesante simbolismo. Curt Sachs demuestra en su Historia de la Danza que es una primitiva forma de expresión coreográfica, advirtiendo que al instinto de "medir y formar el espacio con el propio cuerpo" seguiría más tarde una espiritualización del círculo, un intento de rodear el objeto, tomar posesión de él, captándole"... Sachs considera esta forma de baile como uno de los primeros modos humanos de creación, anterior incluso a la arquitectura sobre la que tendrá su influencia.
Creo que no existe un estudio comparativo entre formas constructivas y coreográficas, pero de un trabajo de ese tipo podrían salir curiosas conclusiones; no olvidemos las torres o castillos que edificaban los danzantes en homenaje a un visitante, de los que existe documentación desde el siglo V de nuestra era, y que pasaron a incorporarse sin dificultad a la procesión del Corpus, donde servían como acto de veneración al Santísimo en alguna de las muchas paradas que el cortejo hacía en su largo recorrido. Otras formas geométricas presentes en las evoluciones que realizan los danzantes de palos nos demuestran claramente la propensión del ser humano desde épocas antiguas a convertir en forma de expresión corporal algunas de sus ideas o juegos dimensionales.