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La modernización de las técnicas de trabajo, con la consiguiente transformación de las formas tradicionales de vida, ha hecho que desaparezcan en Castilla gran parte de las costumbres y hechos tradicionales que en tiempos pasados se sucedían año tras año. Por ello, con la recopilación de las canciones que insertamos a continuación pretendemos colaborar a la recuperación de la cultura popular burgalesa, ya que la mayoría de estos cantos, según nos indica el informante, no se entonan desde 1930, aproximadamente.
Versos para la Cuaresma
1ª DOMINICA
Considera, alma cristiana,
que Jesús, tu redentor,
ayunando en el desierto
muy grande ejemplo te dio.
Ayunó cuarenta días,
y en oración los pasó.
Con ellos venció al demonio,
que tres veces le tentó.
En esta práctica santa,
Jesucristo te mostró
la necesidad que tienes
de estar siempre en oración.
El demonio, mundo y carne
fuertes enemigos son..
Al demonio se le vence
con humildad y oración,
al mundo con el desprecio,
más que la luna y el sol,
pues estrellas ni luceros,
no tienen comparación.
San Pedro, al ver tanta gloria,
lleno de gozo y primor
pues todo es vana ilusión,
a la carne y sus pasiones
con la mortificación.
2ª DOMINICA
Hoy es el triunfante día
de la transfiguración.
En que fue transfigurado
Cristo en el monte Tabor.
Apareció resplandeciente,
le decía a su Maestro:
quedarnos aquí, Señor.
Y Jesucristo le dice:
Pedro, no puede ser, no.
Pues aún es más mi grandeza
que la del monte Tabor.
Llorad también, pecadores,
con acto de contrición,
para que el día del juicio
nos dé su bendición.
3ª DOMINICA
Abre, pecador, los ojos,
mira que tu redentor
está llamando a tu puerta,
no te hagas sordo a su voz.
Mira que tu Dios te llama,
respóndele con amor.
Dulcísimo Jesús mío,
¿qué me queréis, gran Señor?
Jesucristo sólo quiere
que de todo corazón,
lloremos nuestros pecados
con acto de contrición.
Una limosna nos pide
no para sustentación,
sino para observar
si se hace de corazón.
El demonio te persuade
dilates tu conversión,
y Dios te dice le sigas,
mira cuál será mejor.
No hagas caso del demonio,
sírvele sólo a tu Dios.
Para que te dé su gloria
que es el mejor galardón.
4ª DOMINICA
A este día corresponde
que medites, pecador,
aquel tan maravilloso
milagro que Cristo obró.
En el mar de Galilea
muchas almas sustentó,
con cinco panes, dos peces
y aún todavía sobró.
Siendo más de cinco mil
tomaron a satisfacción,
lo que a cada uno apetece
dando mil gracias a Dios.
Quedándose satisfechos,
echaron la bendición.
Doce canastos sobraron.
¡Oh, gran potestad de Dios!
Viendo tan grande poder
siguiéronte, Redentor.
Abandonándolo todo
por oír tu predicación.
Deja la culpa en que vives,
miserable pecador.
Sigue a Cristo si deseas,
conseguir tu salvación.
5º DOMINICA
Alma, contempla este día
que es domingo de pasión,
la entrevista que tuvieron
los judíos y el Señor.
Escribas y fariseos
murmuraban del Señor,
y le insultaban diciendo
que no era el Hijo de Dios.
Cristo les dijo que sí,
y que se glorificó,
pero, su Padre Eterno,
era el glorificador.
Estas y otras muchas cosas
de grande contemplación
dijo Cristo a los judíos
y ellos con indignación
tomaron muy grandes piedras
para apedrear al Señor.
Pero El se salió del templo
huyendo de su furor.
Los mares visten de luto.
¡Oh, qué grande compasión!
Contempla que ya se acerca
la muerte del Redentor.
6ª DOMINICA
Del monte de los Olivos,
vino nuestro Redentor
a la villa de Betfagé
que está enfrente de Sión.
Todo el pueblo entusiasmado
a recibirle salió.
Siendo de todos honrado,
por Mesías le aclamó.
Estando el suelo alfombrado,
en Jerusalén entró,
el Rey de cielos y tierra,
lleno de gran resplandor.
Los niños de los hebreos
cantan en alta voz:
¡Gloria al Hijo de David!
Rey de Israel, nuestro Dios.
Todos dicen: Santo, Santo,
es el Dios del salvador.
Bendito sea el que viene
en el nombre del Señor.
Bendigamos a Jesús
con espíritu y fervor,
no como los judíos
con la palabra exterior.
Versos para el Jueves Santo
Jesús pendiente en la cruz
dice a su madre querida
a mí me cuesta la vida
de los hombres la salud,
para dar satisfacción
al Padre Eterno ofendido
yo, su hijo querido, he sido
víctima de expiación.
Muere por los pecadores
y por ellos ha sufrido
ser preso, atado, escupido
y pasar por otros dolores.
y sin otra compañía,
más que dos facinerosos
muere Jesús amoroso,
el que es del cielo alegría.
¡Oh, qué amarguras pasó
la madre de Dios hermosa
a su hijo muerto vio!
Al ver a su hijo amado
con amargo llanto exclamó:
¿Quién, hijo mío del alma,
en esta cruz te clavó?
Vos, la alegría del cielo,
vos, el Dios Omnipotente,
vos, morís siendo inocente,
en un infante madero.
-No llores, madre afligida,
porque yo muero para dar
al hombre la vida.
-Jesús amado, hijo mío,
si te es preciso morir
para el hombre le redimir,
haced este sacrificio,
pero sin tu compañía,
hijo mío, yo me muero.
¡No habrá para mí consuelo
ni a mis penas alegría!
Aunque me cueste dolor
dices que quieres morir,
¡hijo mío, sea así!,
que se salve el pecador.
-Aunque muero, madre mía,
no quedáis desamparada
ni os dejo abandonada,
tendrás buena compañía:
mi fiel discípulo Juan
será, de hoy en adelante,
vuestro hijo más amante.
Madre, tenedle por tal.
Entonces Jesús le dijo
a un discípulo amado:
mi madre te he encomendado,
sed para ella un buen hijo.
Después su madre bendita
se abraza al pie de la cruz,
adiós, mi dulce Jesús,
dijo, y luego se retira.
No tiene comparación
la tristeza y amargura
que tuvo la Virgen pura
con esta separación.
Afligida y dolorosa
se retira del calvario
a un paraje solitario
la Madre de Dios piadosa.
En aquella soledad
sin consuelo gime, llora,
pues se acerca ya la hora
en que Jesús va a expirar.
Pues un infante soldado
una lanzada le dio
y con ella traspasó
a su divino costado,
y su cabeza inclinada
el espíritu entregó,
al Padre Eterno rogando.
Y el hijo de Dios murió
en una cruz enclavado.
Y venciendo del pecado
a su amistad nos volvió.
¿Cuál sería el sentimiento
de la Virgen Dolorosa,
cuando allá fue noticiosa
de que su hijo había muerto?
Su amargura se aumentó
cuando al bajar de la cruz
a su hijo amado, Jesús,
en sus brazos le aposentó.
A vuestra meditación
dejo lo que sufriría,
y lo que padecería
en tan triste situación.
De sus brazos le cogieron
y después le embalsamaron,
con silencio y cuidado
en el sepulcro le metieron.
¡Oh, cristianos, meditemos
de Jesús en la pasión,
y con grande contrición
nuestros pecados lloremos!
Pues, por ellos Jesucristo
su vida en la cruz dio,
de ellos nos redimió
y a su madre satisfizo.
Albricias de Resurrección
Vengo a vuestras puertas
a pedir albricias,
Madre de Jesús,
Reina esclarecida,
que llegó la Pascua
de Resurrección.
Ya resucitado
albricias te pido
y me las darás,
lágrimas tus ojos
ya no vierten más.
Reprimid el llanto,
Madre de mi Dios.
El, Madre de gracia,
con verdad os digo:
Jesús ha triunfado
de sus enemigos.
Venid al sepulcro
que no está aquí, no.
La losa está alzada
y un ángel divino
sentado sobre ella.
El mismo que os dijo
buscad a vuestro Hijo.
Madre de mi Dios,
a Pedro y demás
en su compañía,
vos misma, Señora,
dad esta noticia:
que allá en Galilea
verán al Señor.
Ellos y vosotros
veréis de esta suerte
Jesús victorioso
triunfar de la muerte.
Rompió las cadenas
de nuestra prisión.
María Magdalena
le busca con ansia
de su corazón.
Domingo de Pascua
y a ella se aparece
con gran resplandor.
Antes se aparece
a vos, Madre mía.
Yo canto las penas
con grande alegría
llenando de gozo
vuestro corazón.
Del seno de Abraham
sacó muchas almas,
que su advenimiento
esperando estaban.
Viéndole decían:
¿No es éste Jesús,
herido, llagado,
clavado en la cruz,
abierto el costado,
roto el corazón?
Pues, está su cuerpo
sin ninguna llaga
más resplandeciente
que la luz del alba.
Y el sol y la luna
ante El nada son.
Suplico, señora,
por aquel abrazo
que diste a Jesús
ya resucitado,
muy regocijado
nuestro corazón.
Purificad luego
mi rostro manchado,
de enormes delitos
y grandes pecados
me son perdonados
por tu intercesión.
En los altos cielos
serafines cantan,
también querubines
glorias y alabanzas,
ángeles y santos
todos a una voz.
Nosotros a Dios
las gracias le damos,
humildes venimos
y le suplicamos
que nos dé su gloria
que es buen galardón.
Reina de los cielos,
de Jesús tu hijo,
alcanza que juntos
en el cielo empíreo
cantemos contigo
todos en unión:
¡Ya ha resucitado
nuestro Redentor!
Y ¿qué me darás ahora
en pago de estas albricias?
Porque he venido a traeros
tan estimables noticias.
Mi alma no pide, Señora,
las riquezas de esta vida,
sólo pide las eternas.
Por tanto, Virgen María,
de vuestro jardín florido
que los ángeles cultivan
me des una rosa hermosa
llena de gracia divina.
Adiós, luz del claro día,
adiós, estrella brillante,
adiós, princesa María.
Versos para el Día de Pascua
(Los entona una joven en la iglesia y el pueblo los escucha a la puerta)
Estas puertas son de pino,
la cerradura de plata,
dadnos licencia, señora,
para entrar en vuestra casa.
Entrad, compañeras mías,
que aquí está la capitana
que venimos a buscar.
Tomemos agua bendita,
mis compañeras y yo.
Hinquémonos de rodillas,
pidamos a Dios perdón.
Ved allí, por dónde viene,
que sale de lo escondido,
vestido de paño y seda
representa al Dios divino.
Voy, compañeras mías,
de rodillas al altar
a levantar a María.
Levanta el vuelo, Paloma,
de esta mesa de nogal,
levanta el vuelo, Paloma,
si le quieres levantar.
Ya repican las campanas,
ya sale la procesión,
ya sale la cruz de plata
y en medio Nuestro Señor.
Vayan saliendo las cruces
y detrás el señor cura,
los mozos con Jesús,
detrás la Virgen pura.
Vayan saliendo
por ahí los hombres,
con el lucero del alba.
Por aquí las mujeres
con la Virgen soberana.
Váyanse por ahí los hombres
con el lucero del día.
Por aquí las mujeres
con la Sagrada María.
Ave, María.
Bien sabes que la primera
fue del ángel la venida.
Y os saludamos diciendo:
sois, Dios te salve María.
No turbes, Virgen María,
que vengo del alto alcázar
a deciros cómo sois,
María, llena de gracia.
Sois la flor del cielo,
y os saludamos diciendo:
Dios y el Señor es contigo,
tú eres la blanca paloma,
jazmín, lirio entre laureles,
pues, los ángeles os cantan
diciendo: bendita tú eres.
Tú sola fuiste María.
Tú sola llamarte puedes
la más dichosa que hubo
entre todas las mujeres.
Y bendito es el fruto
por donde vino la luz,
para remedio del mundo
fue de tu vientre Jesús.
Santa María.
Sois rosa de Jericó,
cetro, paloma y oliva.
Pues, los ángeles os cantan
diciendo: Santa María.
Por mucho que el cielo clame,
mucho más merecéis vos.
Pues, fue tanta tu pureza
que fuiste madre de Dios.
Tú eres la blanca paloma,
madre de los hombres todos,
por tu sagrada pureza
ruega siempre por nosotros.
Tú eres la blanca paloma,
blanca flor entre las flores,
los que llevan tu retrato
defiende a los pecadores.
Tú eres la blanca paloma
defensa y jazmín fuerte,
amparadnos, vos Señora,
en la hora de la muerte.
Esta es el Ave María,
compuesta por clara luz
y se concluye diciendo:
nuestra muerte, amén. Jesús.
* * *
Cuando vean a Jesús.
Ved allí por donde viene
el Redentor de las almas
el que a los cielos triunfó
a las tres de la mañana.
Por aquí traen su madre,
hagan anchura, señores,
que viene a visitarnos.
Ya no se conocerán,
que ha mudado la librea.
Viene vestido de blanco,
del dolor que son sus venas.
Quitadle el manto de luto
a la princesa María.
Quitadle el manto de luto,
ponedle otro de alegría.
Quitadle el manto de luto
que es de luto muy pesado.
Es digno de que ella vea
que su hijo ha resucitado.
Señora, os han cantado
la resurrección triunfante
se ha juntado con María.
Consideremos, señores,
que esta es la Pascua florida.
Alarga, Virgen tu mano
y también tus cinco dedos.
Corta una rama de ese árbol,
dásela al Rey de los cielos.
Alarga, Virgen, tu mano,
y también tú, bello Niño,
échanos la bendición
de este pueblo a los vecinos.
(Los versos siguientes son entonados por las jóvenes a la puerta de la iglesia)
Tengan muy felices Pascuas
el señor cura el primero,
los señores de justicia,
recíbanlas todo el pueblo.
¡Oh, qué mañana de Pascua!
¡Oh, qué mañana de flores!
¡Oh, qué mañana de Pascua,
ha amanecido, señores!
Los umbrales de esta iglesia
merecen ser de cristal,
para que por ellos pase
nuestra Reina celestial.
Esta noche ha florecido
el trébol de la esperanza.
Así florezca, señores,
la gracia en el señor cura.
Esta noche han florecido
las flores en los espinos.
Así florezca, señores,
la gracia entre los vecinos.
No merecen ser de piedra,
señora, nuestros caminos.
No merecen ser de piedra,
sino de cristales finos.
A la puerta de la iglesia
hay un ramito de flores,
esperando al señor cura
que le eche las bendiciones.
Los umbrales de esta iglesia
merecían ser de oro,
para que por ellos pase
la reina, madre de todos.
Redentor nuestro, Jesús,
de las almas nuestro bien,
haz que a la gloria vayamos
por siempre jamás. Amén.
* * *
El camino de esta iglesia
lo hemos hallado florido,
como es mañana de Pascua
la Virgen le ha florecido.
Ya cantan los pajaritos,
cantemos con alegría.
Ya cantan los pajaritos
en el portal de María.
En el portal de Belén
hay una peña redonda
donde puso Cristo el pie
para subir a la gloria.
Del cielo baja una nube
toda cubierta de azul,
en ella baja María
y el corazón de Jesús.
Abre la puerta, portera,
las puertas del tribunal.
Las puertas ya están abiertas,
entrad, si queréis entrar.
Por la puerta de esta iglesia
entremos todas cantando.
Así entremos en el cielo
rosas y lirios cortando.
Tengan muy felices Pascuas
los de adentro y los de afuera
y a la Virgen del Rosario
se las damos la primera.
¿Qué es aquello que reluce
por detrás de la Custodia?
Es el Hijo de María
que nos viene a dar la gloria.
La Virgen tiene un rosario
y en el medio está la cruz,
adoradla, pecadores,
que en ella murió Jesús.
¡Qué triste estabas, Señora,
Jueves Santo al mediodía!
¡Qué alegre estaréis ahora,
día de Pascua Florida!
El hornazo que traemos
bien quisiéramos que fuera
las orillas de oro y plata
y el contrapeso de cera.
Echanos la bendición,
Virgen Santa del Rosario.
Echanos la bendición
que nos vamos al calvario.
Informante: Aurea Huerta, de 68 años. Lugar de recopilación: Castrovido (Burgos).
BREVES DATOS TEMATICOS Y FORMALES
Los versos correspondientes a los domingos de Cuaresma no se cantan actualmente. Tienen como fuentes los textos evangélicos que anteriormente a 1962 pertenecían a las citadas dominicas. Estos antecedentes evangélicos son los siguientes:
Domingo 1º, Mareo, cap. 4, 1-11. Domingo 2º, Mareo, cap. 17, 1-9. Domingo 3º, Lucas, cap. 11, 14-28. Domingo 4º, Juan, cap. 6, 1-15. Domingo 5º, Juan, cap. 8, 46-59. Domingo 6º, Mateo, cap. 21, 1-9.
Como temas fundamentales señalaremos la invitación a la penitencia y la alegría de la resurrección.
Predominan los versos hexasílabos en la mayor parte de la poesía titulada "Albricias...", y el octosílabo en el resto. El primero puede considerarse como el verso castellano más breve capaz de valor poético por sí solo, el octosílabo es el verso por excelencia de la poesía popular. Sus formas estróficas son el romance en las poesías referentes a las seis dominicas, redondillas en los versos para el día de Jueves Santo, seguidas de estrofas no definidas que finalizan con una cuarteta.
La expresión es sencilla y directa, desprovista de todo artificio.
BIBLIOGRAFIA ALONSO CORTES, Narciso: Romances de Castilla. Valladolid, 1982.
DIAZ, J.; DIAZ VIANA, L. y VAL, J. D.: Romances tradicionales. Catálogo folklórico de la provincia de Valladolid. Valladolid, 1978 vol. I. y 1979 vol. II.
DE BAEZ, Ivette J.: Lírica cortesana y lírica popular actual. México, 1969.
G. GOLDARAZ, Carlos: Misal latino castellano y devocionario. Barcelona, 1959.
NAVARRO, Tomás: Métrica española. Syracuse, 1956.
QUILLIS MORALES, A.: Métrica española. Madrid, 1969.
SAGRADA BIBLIA. Editorial Herder, Barcelona, 1966.
WERNER BEINHAUER: El español coloquial. Madrid, 1973.